Dedicado a mi
padre y mi madre.
¡De cuantas
maneras se interpreta la vida!
Fiesta,
bienestar, salud, riqueza, realización.
Se puede extender la lista al infinito.
Para todas esas
interpretaciones, como en una obra de teatro, LA VIDA se cambia el vestuario y
representa los personajes que amerita la cartelera del día, del mes o del año.
ELLA tiene esa capacidad admirable.
¡Hay personajes
que le fascinan! Extrañamente son los más sencillos. Son apacibles, de gran
sabiduría y nada ostentosos, pero determinan la trama de la obra.
Accede a veces a
tomar un papel protagonista, pero invariablemente se relaciona con una
situación de crisis. Así que realmente se complica para la audiencia entender
de qué se trata el argumento.
Sin embargo, su
magistral participación, logra conmover hasta la mente más acuciosa fría o
insensible.
Después de una
larga temporada en cartelera, LA VIDA necesita manifestar su libertad, y su
grandeza.
Los trajes con
el paso del tiempo no le acomodan. A veces los siente estrechos, otros ya muy
ajados, en ocasiones muy cortitos o demasiado largos. Los de mucha pedrería y
lentejuela hasta le parecen molestos.
Llega entonces
el momento que desea explorar nuevos retos, ver que hay más allá del horizonte,
al menos así se los explica a los que la tienen por contrato temporal y quieren
que permanezca como artista exclusiva.
La verdad es que
ELLA SABE QUE ES INMORTAL y no puede quedarse por el capricho, ni el miedo, ni
el llanto, ni la felicidad. ¡Mucho menos por contratos de la que ELLA ES LA
DUEÑA!
¡Así que desecha
todas sus ropas de gala, y es cuando luce con más esplendor!
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