¡De pronto se
oyó el “din,din!” de la alerta de mensajes. Todavía era de madrugada, pero revisé el
teléfono celular pues era día de mi cumple y tenía que verlo. Mi querida
sobrina Ari, desde el otro lado del Atlántico me saludaba con una melodía
guerrerense muy conocida.
Entre el frío de la mañana, ¡qué agradable es
escuchar las notas nítidas de una guitarra acompañando uno de los poemas inspirados por la belleza del estado de Guerrero! Las letras de las canciones dedicadas a ese
magnífico estado son versos, que de inmediato transportan a la tierra que me enseñaron a querer desde la infancia. Significan las raices que merecen esos cantos para honrar desde el fondo del corazón a tu gente más querida.
Se han escrito tantas
canciones bellas para Guerrero que cualquier letra te renueva el orgullo y la
alegría de recorrer esos caminos del sur, "con sus montañas, voces y estrellas". Sus sones y
chilenas son especialmente alegres. Uno de sus grandes compositores fue Agustín
Ramírez.
En casa era
usual cantar sus canciones y las notas resonaban como fondo junto con el
zapateado de danzas que ejecutaba mi madre al recontar, que cuándo ella era
joven, el mismísimo autor le pidió que bailaran una chilena. Debió haber sido
muy emocionante acompañar los pasos con un pañuelo al aire y la gracia bien
plantada para sonreír y llevar el ritmo.
En mi memoria
están grabados nombres maravillosos como, por ejemplo; Linaloe, Eréndira,
Teloloapan, Chilpancingo, Olinalá, Zirándaro, Chilapa, Tlapehuala, y muchos más que se entrelazan en diversos muy amados esenarios. Las
letras de sus sones son como recorridos que nombran lugares en la tierra
caliente, caudalosos ríos, la sierra, las costas, en dónde se bailan “desde Balsas hasta
Iguala”.
Cada canción alaba una característica hermosa como sus tierras tropicales fértiles y generosas. En Ometepec se dice además que sus mujeres; Son capaces de “clavar sus miradas cual piquete de alacrán”.
Acapulco ha
merecido una mención aparte. Sus preciosas playas se nombran entre las más antiguas y populares. A Caleta se le reconoce por las aguas “tibias,
risueñas y de manso oleaje”. El Inmenso Mar ha inspirado a grandes compositores para honrar
así mismo la belleza de sus mujeres costeñas, y el espléndido paisaje del puerto que da
la bienvenida a todos sus visitantes con la calidez de su gente recia y leal.
Si hay algo que
en verdad conmueve hasta el fondo de los corazones es la música. Las canciones
y letras se guardan para siempre y brotan a la menor provocación para hermanar
a las personas en cualquier parte del mundo.
Su magia
te hace aparecer de inmediato en casa, con los amigos, y ver a la distancia los recuerdos de todo tipo
aunados para siempre con la ternura y el regocijo de las imágenes que señalan con
gestos de sonrisas, refranes, fiestas y celebraciones, en el caso de algunos lugares de Guerrero, con un ambiente sumamente caluroso que las envuelve
día, tarde y noche. Las ondas de calor reverberan inclementes por lo cual todo se mueve lento, a veces solo lo
indispensable con el vaivén de las hamacas que se cuelgan a la sombra de las ramas
de árboles de tamarindo y mango.
En otro género musical los corridos
describen a gente valiente, con muchos matices que han dado fama a los hombres
de Guerrero. como el clásico dedicado a Simón Blanco que cuenta “sin agravio ni
disgusto lo que sucedió en tres palos municipio de Acapulco”.
Es asombroso y muy especial el como con un sentimiento de algarabía, las tonadas, dichos, e historias de todo tipo se quedan en uno, para reproducirlas al primer acorde que hace brincar el alma de puro Guerrero plasmado en sus canciones, letras, bailes, eternos y maravillosos.
Es asombroso y muy especial el como con un sentimiento de algarabía, las tonadas, dichos, e historias de todo tipo se quedan en uno, para reproducirlas al primer acorde que hace brincar el alma de puro Guerrero plasmado en sus canciones, letras, bailes, eternos y maravillosos.