VIAJE EN SOLITARIO

Vamos a preparar el escenario pequeña Scautari.

Seguro que has visto muchas películas en dónde a la Sabiduría  se la representa como a una abuela con el rostro amable, surcado de arrugas y una voz dulce y melodiosa. Se sienta con su pequeña amiga y empieza un diálogo lleno de consejos, preguntas, misterios, que llevan a la niñita a imaginar un montón de aventuras.

En nuestro caso será una conversación entre una persona mayor que supone puede entender un ideal.  Que se siente alentada por la buena disposición de muchos jóvenes que aspiran a continuarlo. Que admira y quiere mucho a una persona que se ha probado en un reto tan particular. Lo ha conquistado. Para dirigir su vida desde pequeñita hasta “pasar el estandarte” a otros con gran entusiasmo. Renovar ese ideal y mantenerlo vigente.

Inclusive te propongo que sea permitido retomar alguna vivencia para deshilar otra vista en la que se reflexione sobre un reto tan valioso. ¿De acuerdo? Se vale desde luego disentir. Pero trataremos de conciliar para que se aproveche cada paso.  ¿Estás lista? Veamos; Cuéntame cómo fue tú experiencia.

A Scautari se le iluminaron los ojos. Tenía una mirada llena de brillantes chispas. Cierto que ya habían pasado algunos años, pero evocó las imágenes como si estuviera en el preciso instante en que iniciaba su gran prueba.  Una enorme sonrisa apareció en su rostro y su corazón se aceleró a tope.  Recordar aquel momento, contenía desde la noticia en que le comunicaron que tendría la oportunidad de emprender una prueba mayúscula. Un reto al que eran llamados solamente  los más valientes, atrevidos, y bien preparados.  

Al iniciar su relato todo su cuerpo tomó la inquietud del explorador que necesita ponerse en marcha.  Que ya enfrenta un terreno desconocido pero que está seguro de poder conquistarlo. Scautari exclamó: ¡Es una sensación que te hace una ilusión enorme! Se te acelera el pulso y empiezas a imaginar la ruta. Haces un repaso para todo lo que se puede, debes, o no, llevar. Has caminado tantos senderos entre montañas y ríos que sientes el agua. Respiras el viento y te invade una plenitud sin comparación.  Te mueve la vista de valles y picos que te esperan para iniciar otra aventura. Y en el momento en que ya eres candidata para tomar ese viaje de maravillas y magia comienza tu cerebro a planear los detalles. Pero trabaja mucho más fuerte tu corazón. Llevas una misión personal muy importante. Ser tu propia compañera como acompañante.

Saber eso es igual a no saber algo. No comprendes realmente en que consiste. Aunque has tenido muchos años de preparación sin darte cuenta. Cada caminata, campamento, fogata, y miles de juegos te han dado muchas habilidades y destrezas. Poco a poco ganas comprensión más fina de significados. Te otorgan símbolos que lo acreditan. Es un orgullo recibirlos. Los exhibes muy feliz en tu uniforme, que, aunque sirve para reconocer a tus hermanos de grupo, es una señal de  que te has preparado, y ahora puedes compartir con ellos a otro nivel enseñanzas y retos. En diferentes ceremonias se aprende a tener valores de servicio, disposición de ayuda, honor, lealtad y se adquieren compromisos de portarse con un ánimo invencible. Ser y Hacer lo que te toque con tú mejor esfuerzo. ¡Siempre listo!

Todo eso lo llevas como tatuado en la piel. La naturaleza además es sagrada. La vida; un don precioso que hay que conservar a toda costa. Una a una de las palabras de los himnos y canciones resuenan en tu mente para alentar con alegría las actividades y convivios. Con todo esto afirmas que estas listas para hacer el recorrido que te asignen sin problema.

En el día tan esperado, nuevamente te recuerdan quién eres. Para qué  y para quien tienes tantas cualidades. Te lanzas al vacío como un ave con las alas abiertas. En la despedida ya no sé si por inercia volví la cabeza para decir hasta luego, o miré con determinación sólo hacia adelante procurando ser solemne en mi partida. Creo que las dos posibilidades estuvieron en mi mente. Mirarlos desde lejos, hacer una señal, mostrar que iba bien y conseguiría la meta. Por mí. Por ellos. Por todos.

Los primeros metros son tranquilos. La emoción de la despedida sigue latiendo en las sienes. Conforme aceleré el paso mi atención se enfocó en el mapa, la ruta, y toda clase de notas sobre el protocolo. Después de varios kilómetros, los cambios en el ambiente me advertían que empezaba el atardecer. La luz de los rayos de sol se iba apagando. Había que hacer un alto. O que tal continuar caminando. ¿Sabes? La obscuridad te pone delante las dos opciones: 1) Acampar. Prepararte para descansar, pero  escuchar y estar alerta. Se oye toda una sinfonía de ruidos. crujidos, ecos, murmullos desconocidos e inquietantes. 2) Continuar con la luz de una linterna. Alumbrar a izquierda, derecha, arriba, abajo, hacia todas partes. Avistar toda clase de plantas, arboles, y el sendero. Sobre todo, el sendero. ¿Tú qué harías?

La confidente de aquella narración; Al ver ese rostro inquisitivo quiso compartir su experiencia. Asumió un papel como de tía grande. Endulzó lo más que pudo el tono de voz y le dijo: ¡Gracias por recordarme la emoción que implica ser libre! Es exactamente lo que has descrito. Pasadas las teorías y la práctica de lo básico. La nostalgia de los encuentros y las despedidas. Tienes una misión muy personal. Te has preparado. Tienes las constancias de diplomas e insignias. Pero al emprender tú aventura estás sola. ¡Caes en la cuenta de que eres libre! Libre para decidir cada etapa. Te enfrentas a la claridad y a las sombras. Tienes alternativas. Terminar el día con un cierto temor, ser intrépida. Pero siempre con la mente alerta porque habrá un despertar ineludible y hasta deseado. Para mí ha sido decisiones tan amables que con frecuencia disfruto en  el silencio. De la obscuridad en la noche    con todos sus misterios. Otras, de los días radiantes de una luz cegadora y de un clima que me bendice la mayoría de las veces. Hasta aquí mis opiniones. Sigue tú por favor que es tú viaje peregrino del que sé de cierto que te ha mantenido caminando con mucha ventura.

Scautari dio un suspiro y retomó la palabra: Cierto. La fraternidad que conocí y de la que me hicieron formar una familia me sigue alentando como el fuego de las fogatas tan queridas. Iniciaciones entrañables. Formación de lazos tan fuertes que son cuerdas de seguridad que te dan energía  en toda clase de escaladas y caminos. ¿Me comprendes verdad? No sólo en la etapa juvenil de despertares sino para enfrentar tormentas, cuando ya no eres un niño o un adolescente.

Aquel viaje ha continuado ciertamente. Te digo ahora, que con el inmenso orgullo de siempre. Ha templado mi carácter. Me hace recordar los mismos valores de solidaridad. Aunque a veces haya tempestades no he soltado el timón y he salido a flote. Ese viaje en solitario dejó en mí, una marca indeleble. El cansancio no contó. Las lesiones las pasé por alto. Es más, ampollas, dolor, rasguños fueron parte del camino. No los sufrí. La meta era todo. Mantener el paso y conseguir los kilómetros del día fueron el combustible para no darle importancia a las molestias, y seguir adelante. La emoción para completar un tramo es impactante. Te vuelve alegre. Te hace atrevida. Acompañé muchas veces con las canciones tan queridas cada paso y cada salto. Estaba sola pero cada vez me volví más mi amiga. Cantas en primera voz, pero sientes que hay un coro que te acompaña en cada estrofa.  ¿Has cantado así de “raro”?

 La mujer de  muchos años sonrió de buena gana: ¡¡Que si lo he hecho!! ¡Todo el tiempo! ¿Te suena eso de “no hay de otra”? Lo digo en el sentido de que: Si es lo que hay, se tiene que convertir en algo interesante. Así como has dicho de las ampollas, los rasguños, lastimarse en un gran viaje es casi necesario. En las montañas hay rocas, veredas que confunden, elementos que te salen al paso como una avalancha o tempestad imprevista. ¡Pero ya estás en el camino! ¡Tienes una meta! No hay de otra más que cantar e invitar para hacer el coro a todos los que te quieran para unirse.

Scautari asintió. ¡Me parece sentir ahora mismo los murmullos de las voces de despedida y cambiarlos por mirar a lo lejos las imágenes de bienvenida!  Es maravilloso. Lo que se hace en libertad es lo máximo. Es como llenar un cofre con todas tus piedras preciosas. No necesitas mostrarlo. Al contrario. Guardas un tesoro que sólo a ti te pertenece. Que sólo tú sabes en dónde se esconde. Eres dueña de tomarlo para abrir miles de veces y cerrarlo. Es como una pila de recarga independiente. Por eso nunca se agota. ¿Qué te parece?

Nuevamente la tía comentó con tono suave me parece extraordinario. Sólo una nota al margen. Entiendo el significado de tener un gran tesoro. Pero a veces he notado que la enjundia para competir en el logro de tantas metas se  ha propiciado en paralelo desvirtuar la competencia. Es una nota abierta. Sé que es latente la buena intención de formar un carácter fuerte entre hermanos. Sin embargo, que no se pierda en la batalla la consigna de hacer ganadores legítimos. Tú sabes al ser guía. Se desprenden piedras que pueden lastimar a los que siguen. Al correr en conjunto algunos tropiezan. Que no sea la burla la que incite el levantarse. Que no sea la comparación la que mueva a ponerse de pie. Que no se pierda de vista la dignidad de la persona.

Si hay algo admirable que han logrado es lo que escuche declarar a una de sus compañeras: “Para mí lo más valioso es saber que tengo un hogar. En el cual no se me juzga. Me siento aceptada como soy”.

En el recuento sincero de tú viaje más importante, te pido lleva la observación de una extranjera. Que, a pesar de no portar tu uniforme, lo respeta. Porque  también tiene el espíritu de un explorador incansable. Herencia de muchos otros que han conjugado retos, rutas, y preseas.  Por eso te puedo decir que tu viaje ha sido ¡Maravilloso!

¿Te das cuenta? ¡Te descubriste a ti misma! Valiente. Segura. Enfrentando la salida y la llegada con la bendición de rostros y abrazos que te esperan. ¡¡Maravilloso!! ¡Aprendiste el desapego con amor!  Emprendiste la marcha en línea recta. Con la certeza de que al final estarían tus mismos seres tan queridos para celebrar contigo. Tú poder de ser independiente, pero a la vez con tú libertad y  anhelo de volver a un hogar que te recibe incondicionalmente. Deseo con toda el alma que ese aprendizaje se convierta para ti en la emoción de despedida para tus hijos con la certeza de que los tendrás en cada visita que ellos te hagan con ese mismo anhelo de volver a un hogar que los acoge sin juicios y celebrando su propia libertad. ¡Te lo has ganado!


FRÁGIL

Hay una criatura en este mundo con la cual se tiene que ser muy cauteloso para entenderla. Se puede empezar por sorprenderse sobre el como es que ha llegado a ser una creación tan compleja, que tiene la capacidad de cuestionarse a sí mismo sobre su existencia. Es una creación que ha buscado incansablemente su origen y su destino más allá de un proceso físico.  Con su mente tiene acceso a un sinfín de ideas que a veces hasta le resulta más complicado ordenar para definirse en su presente y en un futuro que se le pierde en la incertidumbre.

Sabe, siente, conoce, recrea, y sigue inventando palabras que le ayuden a encontrar un punto en dónde pueda apoyarse para sentir que es fuerte. Conseguir estar tranquilo. Sobre todo, porque tiene la visión a veces inquietante de un sin número de seres semejantes. El impacto que eso le produce tiene muchas variantes. A veces intenta aislarse. Pretender que está solo y que únicamente con allegarse lo que le hace falta para sobrevivir estará en paz. Pero comprende que salvo que perdiera su capacidad para reconocerse podría tal vez reintegrarse a un estado de inconciencia. Aunque esa idea es aterradora si entiende que le arrancaría lo más precioso de su naturaleza que es su estado de conciencia y de alerta. Por eso se da cuenta que si dejara su cuerpo de funcionar terminarían sus preguntas. Sin embargo, eso en su realidad forma parte de otra incógnita formidable.

Así que casi sin opción entreteje intercambios de amistad, trabajo, relaciones de familia y todo lo que se le ocurre para que en todo caso pase lo mejor posible su tránsito en esta tierra. Durante toda su vida se enfrenta a situaciones que le conmueven. Intuye que siempre hay algo que le conecta con sentimientos que lo unen de una manera similar con sus congéneres. Pero se resiste. Le confunden los rostros de extraños, que poco a poco se han ganado su confianza y están cerca. Le inquietan así mismo, las caras muy conocidas pero que se han alejado, a causa de falsas creencias o malentendidos.

Construye lenguajes que al parecer interpretan de manera diferente su existencia, pero en un momento le sirven para dar un abrazo a los otros que creía separados de su propio entendimiento. Percibe una identidad que supera las fracturas que se ha causado a sabiendas o sin darse cuenta. Puede apreciar  en los otros seres con quienes comparte su espacio que existe la sensación de lazos indisolubles. Especialmente en los momentos en que se pone a prueba su fortaleza fincada en el egoísmo, sucede que se sabe frágil. Hasta tiene una frase para significar que se ha “quebrado”.

El choque de sus emociones es tan abrumador que por fortuna le permite dar ese paso necesario para aceptar que ama a las personas. Que existe un vínculo superior tan comprensivo de sus temores y dudas que le facilita estrechar con afecto, decir palabras de cariño, y compartir esa similitud como nunca hubiera imaginado. Es posible afirmar que aun dentro de situaciones muy conflictivas se encuentra latente ese amparo. Sin embargo, su resistencia es muy poderosa porque pone en evidencia ese aspecto de semejanza y se mira como en un espejo lo que no se quiere reconocer.

Ser iguales, pero” unos más iguales que otros” se dice como en broma. Ciertamente se antepone la imagen que ha creado para impresionar con la apariencia de ser extraordinario de forma individual, y de separación. Pero si bien lo pensara, en lo extraordinario, se contiene un aspecto de comunidad. Extra igual. extraordinario como el nivel de semejanza al máximo. Casi siempre la reacción confusa de sus pensamientos se interpone para exigir un lugar por separado. Que promueva las diferencias. Que disimule lo frágil que es como el hielo superficial.

Sus creencias le animan a componerse refugios temporales para su arrogancia  y mejor consolidar la contraparte de su fragilidad. Elabora fiestas para probar o tener la certeza de  que es fuerte y cumple complacido el convivio para demostrarlo.

No obstante, hay algo que le ayuda a ponerse a prueba. ¿Será por eso por lo que en las épocas más frías se celebran fechas con una sensación de calidez?  es notable que, si bien en otras latitudes transcurren los días cálidos, las festividades comunes invitan a reconocer la unión y la semejanza. En esos momentos hay algo valioso. es la certeza  de que siempre hay alguien que espera por una oportunidad de ser valiente. Comprobar que en la contradicción de la fragilidad existe la más grande fortaleza para recapacitar.  Dominar imposiciones. Ahora sí, superar lo ordinario de comportamientos cuya base es el miedo al rechazo. A solapar debilidades en conjunto enmascaradas.

Cuántas veces se es testigo de que el dolor más grande sobreviene con la demostración de actitudes intransigentes de aparente fuerza de carácter. De ahí que nuevamente entender es complicado. Quien es esta criatura de la que se habla.  Para que se ha puesto tantas trampas. Se compadece a sí misma y se revuelve entre su fragilidad sin aceptarla. ¿Vale la pena su esfuerzo? ¿Para quién es la justificación de sus actitudes?

Tantas veces se repite que vino para ser feliz, y no encuentra el cómo conseguirlo. Al final es una criatura que conmueve. Es como la imagen de un cuento del osezno que levantado en todo lo que alcanzan sus pequeñas patas se yergue gruñendo y dando zarpazos para amedrentar a un contrincante. Se asombra cuando su oponente huye despavorido y se siente realizado. Hasta que voltea y ve detrás suyo a una osa gigantesca que le ha cubierto desde el principio de su hazaña las espaldas, y lo mira con ternura.

Vale el ejemplo para la criatura de inicio, la cual es todavía más frágil. Pero no con el sentido de “quiebre” vulgar y mal intencionado.  En su caso ese punto de quiebre le confiere un privilegio que es crítico para continuar la búsqueda de entenderse a sí mismo. Retomar su sensibilidad hacia los otros. Darse cuenta de que su fragilidad como otras muchas de sus cualidades, le permiten crecer y encontrar cada vez con mayor claridad su identidad. Por eso en algunas letras de sus canciones se alegra. Reconoce que su futuro es hoy. Conserva la capacidad de agradecer.  Seguirá adelante en soledad o en compañía. Cuenta según entiende, con un respaldo esplendoroso que le anima a enfrentar cada encuentro y circunstancia hasta que su fragilidad se transforme en fortaleza.    

IGUAL A TI

 La mujer estaba en espera de poder aclarar un gran resentimiento hacia su madre. Le resultaba muy penoso hacer memoria de muchas vivencias en dónde se había quedado grabadas escenas incomprensibles pero que le molestaban sobre manera. Se había preguntado si era coraje, decepción, o algo parecido. No lograba dar un calificativo a los recuerdos en diferentes etapas de su vida en dónde la seguía la misma inquietud, y las sensaciones dolorosas. Su mayor deseo era poder acercarse a su mamá, verla a los ojos. El tema era muy difícil de tratar puesto que por principio está fuera de discusión cuestionar si los padres y en su caso, la madre, pudiera haber hecho algo para lastimar o para hacer sentir mal a una hija. Eso era impensable. Un tema tabú. Pero ahora que era mayor decidió confrontar las emociones sobre la consideración hacia los padres.

Su intención era en algún momento ver a su madre y poder darle un abrazo enorme. Cosa que cada vez que intentaba le era imposible. Su ilusión era de verdad poder abrazarla, con todo el cariño, para que supiera cuánto la quería y poder explicarse el cómo era que se habían alejado tanto. Cada vez que en su imaginación se esforzaba por entender, sus emociones exaltadas le hacían creer que fue abandonada. Que para su madre era molesta su presencia y hasta la hizo sentirse un estorbo. No obstante, era consciente que le había tenido todos los cuidados debidos. Pero faltaba a su entender lo más preciado de todo. El haberla hecho sentirse amada, protegida, aceptada, y muchas cosas más que en los ideales comunes se dicen para el gran amor que una madre tiene, o “debe tener” por sus hijos.

La reflexión inició con traer a su memoria los años de infancia. Se vio en un rincón hecha un mar de llanto. No podía moverse. Estaba sentada en un banco alto. La imagen de su madre le había advertido que se quedara ahí quieta. Que estaba castigada. No pudo evitar las lágrimas. No le fue permitido ni levantar la mirada. ¡No sabía ni siquiera el porqué del castigo! Ella era una niña pequeña. Qué pudo haber hecho para merecer un desprecio tan cruel. Cómo se podía dejar sola a una niña en un rincón. Y lo peor; Cómo es que ella no se atrevió a bajarse del banco. Verla a los ojos para protestar. Reclamar o suplicar para que su madre se conmoviera y no la dejara ahí a pesar de su “mal comportamiento”. Todo eso no lo podía entender.

Entre su enojo, el miedo a quedarse sola, el coraje y no sabía que más sentimientos su rostro se tornó serio. Concluyo para sí misma que su madre era una persona más. Nada extraordinario. Si se atrevía a abandonar a una niña SU hija era capaz de tener malos sentimientos. Así que ella tenía derecho de despreciarla de igual manera. Ya vería cuando creciera. No recordó más. Pero ya despierta se preguntó si habría guardado un sentimiento de venganza. Dado que, en esa edad en su recuerdo, no tenía la fuerza real para haber enfrentado todo lo que le causaba el sentirse impotente ante la sola presencia de su madre.

Con el paso de los años por supuesto que sus fuerzas mejoraron. Como es debido ella ganó en estudios, juventud. pudo ver con nuevas perspectivas los cambios en su personalidad. las circunstancias en que transcurría su vida y la relación con su madre. Las escenas de su infancia se desvanecieron. Al menos eso era lo que ella creyó.

Era normal su vida en familia. En una aparente buena relación; Tuvo oportunidad de agradecerle sus cuidados con regalos traídos de los viajes a diferentes partes del mundo. También le hizo invitaciones para ir a comer o desayunar juntas. Inclusive la llevó a conocer muchos lugares en Europa y otros continentes. Pero la sensación de distancia permaneció latente. Le disgustaba pensar en desamor mutuo a cambio de consideraciones casi de respeto obligado por las costumbres. Ella cumplía como hija su deber para con su madre como era esperado.

Pero justamente eso era un conflicto. le provocaba un sentimiento de culpa, enojo, vergüenza, o algo que nuevamente era difícil de calificar. Había aprendido de memoria que la relación madre e hija “debía ser “amorosa. De un amor incondicional. Pero de acuerdo con su percepción el supuesto fue transgredido por su madre al hacerla sentir indigna de ser amada. No obstante, ella deseaba poder rescatar un sentimiento bueno para reafirmar que entre ella y su madre existía en realidad Amor. Se repetía que portarse con cortesía sonaba hueco. Eso lo entendía para las relaciones entre compañeros de trabajo o en situaciones ajenas a un núcleo de familia. Saber que ella era considerada o complaciente con su madre. No era lo que buscaba. Pero al verdadero sentimiento que deseaba demostrar le costaba mucho quitar toda la interferencia que la agobiaba.

Se visualizó como adolescente. revivió los momentos en que su mamá era el centro de atención de grupos de invitados. Era muy simpática a decir de los que la conocían. Hacía plática con todos y reían juntos de sus ocurrencias y comentarios. Festejaban con frecuencia reuniones en su casa. Se juntaban grupos de mujeres y hombres por separado. Su madre se daba el tiempo para departir con unos y otros, mientras ella solamente observaba desde lejos. cuando se animaba a pasar cerca de los grupitos en dónde las señoras platicaban de intimidades nadie notaba su presencia. Pero luego su madre se sorprendía al oírla decir frases o juicios sobre las relaciones de pareja que se suponía no debiera saber por su edad. ¿Es decir que la consideraban tonta? ¿Que no entendía?  ¡Tal vez la pasaban desapercibida pero claro que comprendía! Por eso había cierto temor de que en su familia pudiera presentarse un incidente de infidelidad que la mortificaba mucho. Pero se negaba a pensar en eso. Tuvo que recapacitar y reconocer que algo semejante nunca ocurrió. El alivio fue enorme. Otra duda despejada era tranquilizante.

Siguió su recorrido como mujer adulta, en donde compartió la etapa de ancianidad de su madre. Sintió un escalofrío. Cómo pudo reaccionar de manera tan cruel. Las personas que las veían murmuraban del mal trato que al parecer significaba que dejara a su madre caminar, sentarse, subir escaleras etc. sin su ayuda. Pero es que la gente no sabía. Sencillamente desconocían su historia y sus indirectas eran despreciables. No tenía para que dar explicaciones. Además, su misma madre se negaba a que la tocara. Se las podía arreglar para hacer sola sus cosas. Si bien la tenía que acompañar no era necesario que la compadeciera. Así que le ahorraba la molestia de pasar los límites de un trato por el respeto y la consideración que ella misma fomentaba con sus comentarios para que no la tratara como a una inútil. Hasta ahora se daba cuenta que pesares su madre podría sentir para portarse con frialdad y desapego.

Cuando en ese trayecto imaginario confrontó despacio. Con más conciencia, cada una de las etapas vividas, de pronto pudo sentir un respiro de liberación. No es que su madre no fuera extraordinaria. Fue como un destello que iluminó tanto tiempo en la oscuridad de su resentimiento. Comprendió que en las etapas de vida de su madre sucedieron cosas que la enfrentaron, con similares inseguridades, miedos y dudas. Creció en un medio que la moldeaba de acuerdo con las ideas, costumbres y prejuicios de sus propios padres. Solamente podía responder con lo que contaba. Que tantos sufrimientos sucedieron para ella, que no tuvo otro remedio que “copiar” sin mala intención lo que conocía. Se decía que fue extremadamente consentida. Que tenía todo lo que necesitaba. Pero se dijo: ¿¿¿¿y si fue IGUAL A TI????

Si en algún momento le dieron todas las comodidades y cosas materiales, pero se sintió abandonada, ¿o triste por no tener el cariño que necesitaba según sus emociones? Como una cascada los recuerdos, actitudes, sentimientos, se presentaron de frente.

La mujer se preguntó: Cuántas veces cabía haberle dicho: Me porto contigo como me has enseñado. Si no demuestro cariño es que no me lo mostraste. Si parezco indiferente, es la misma indiferencia que modelaste con tu comportamiento en nuestra relación. Si me muestro cordial y considerada en un modo de cortesía. ¡¿Será que al fin comprendo que soy IGUAL A TI?!  En el colmo de lo desconocido su enojo hizo que reaccionara con violencia. ¡No! ¡Nunca igual a ti! No toleraba la comparación. Lentamente sin embargo volvió a estar en calma. Tomó un gran respiro y pausadamente empezó a detallar la imagen de su madre. Ahora ya no le resultaba tan amenazadora. Fue como haber entrado en un lugar con un gran espejo que refleja imágenes en sí mismo. Una fila interminable de la misma imagen reproducida hasta el infinito. Parecerse a su madre, tampoco era ya un insulto. por fin su esfuerzo para entender tanta confusión acumulada le permitió construir un puente. Se imaginó cruzando lento. Por un instante el dolor fue mucho más grande

Su madre ya no estaba desde hacía mucho en su presente. Pero el abrazo tan deseado se proyectó con una intensidad que al cerrarse a los sentidos tomó la fuerza suficiente para tenerla como en vida. Se acercó con mucho cariño como había imaginado. La miró a los ojos muy cerca. La abrazó totalmente cerrando los brazos con fuerza. En silencio le dio las gracias. Le dijo lo mucho que la quería. Podría asegurar que también sintió en ese instante que su madre dijo lo mismo. dio las gracias por las dos, y como siempre la llenó de bendiciones.

 

BUZÓN. Hoja carta.

 

Queridos lectores:

Esta vez tengo para ustedes una muy interesante propuesta. He tenido la oportunidad de enterarme sobre situaciones en que las personas necesitan recibir una nota de aliento. Un mensaje que signifique un voto de confianza para que tengan la fuerza de persistir y salir adelante.

Seguramente cada uno de ustedes en su entorno han conocido a alguien que les ha conmovido con su historia de vida, les ha provocado sentimientos de solidaridad, admiración, o les ha dado un modelo de entusiasmo para realizar acciones y no desistir en la tarea que tienen en mente.

Actualmente es más usual que por los medios audio visuales se compartan toda clase de emociones o sentimientos. La mayoría hemos usado iconos, imágenes, memes, etc. que se ha convertido en un nuevo lenguaje de comprensión que es fascinante.

Sin embargo, escribir es sumamente importante. Decir algo con palabras escritas tiene un valor muy particular. Contiene en primer lugar el sentimiento que nace desde la tranquilidad de pensar un mensaje en cuyo contenido se exprese un significado muy personal con la ilusión de compartir.

Por eso en este título: BUZÓN Hoja carta, les solicito quieran redactar en la ventana de comentarios lo que deseen enviar para alguien. Puede ser de manera anónima o poniendo su nombre si así lo prefieren. La idea es que imaginen que su mensaje va a ser recibido por la persona que justamente le ayudará leer algo que lo anime y se sienta respaldado en su propósito.

Unas palabras por escrito para sí mismos puede representar un reto más complejo pero muy gratificante. Pueden imaginar escribir en una hoja carta que será el límite para redactar lo que quieren enviar.

Por ejemplo: He sabido de una persona que necesitaba aclarar un malentendido con alguien a quien quería mucho. Su temor era enorme para confrontarlo puesto que si no se decían las palabras correctas corría el riesgo de que se distanciaran más y posiblemente se rompiera su relación.

No les platico más porque ustedes pueden saber mejor de una situación en que han visto ese conflicto y lo que tienen para decir al respecto.

Las relaciones entre padres, hijos, parejas, amigos, compañeros, etc. propician oportunidades infinitas. Decirnos a nosotros mismos lo que podemos hacer es un ejercicio también muy valioso. Por eso la invitación que les hago es para que escriban o se escriban el mensaje que quieran expresar.

No es necesario que pongan nombres. Ni detalles personales. Lo importante es que en su mente esté la persona a quien le dirigen sus palabras como una nota de su comprensión para lo que le sucede.

Espero haberme sabido explicar. Pero igual pueden empezar por escribir para aclarar cualquier duda.

Iniciaremos un intercambio de ideas que los llevaran a expresarse con una muy buena intención de compartir. El tamaño de su mensaje debe ser máximo lo que escribirían en una hoja carta normal.

Por su atención muchas gracias y quedo en espera de sus mensajes.

RECUERDEN:

*Abran el título de BUZÓN; Hoja carta.

*Sigan hasta donde dice; Comentarios.

*Escriban su nota y presionen; Enviar.

* Listo! ya estará a la vista su mensaje en la misma página.

 

CLARA

Ofrecer una disculpa en algunas circunstancias es muy poco. Dos historias han quedado en el sentimiento como lecciones de vida constantes; Tienen que ver con procurar un estado consciente, similar a ser sensibles hacia toda manifestación de vida. Algo que lamentablemente, se olvida con frecuencia. Se ha dicho de muchas maneras, que estar consciente es vivir alerta, despierto. Es una cualidad que tiene que practicarse. Es ver, pero con una visión completa. Más allá de los prejuicios, la locura de vivir de prisa sin detenerse a valorar los momentos que son únicos. Observar las señales que la vida envía para que se le tome en cuenta.  Especialmente los encuentros con las personas que conocemos, que nos quieren o que queremos.

Por ejemplo: Una reunión por cualquier motivo es el momento para establecer un compromiso sincero y enterarnos de cómo transcurren las vidas particularmente de la gente que tenemos más cerca. Si hay algo que se aprecia por sobre muchas cosas, es darse el tiempo que se puede dedicar a un semejante. Tomar en cuenta la presencia del otro significa compartir lo más preciado para cada uno que es la vida misma.

Especialmente; Si alguien hace una pregunta se puede realizar un esfuerzo. Tener la paciencia para entender un interés genuino de saber algo más en el entorno de quien espera una respuesta. Se puede estar atento, mostrar aceptación o inclusive desacuerdo de una manera sencilla. Pero lo importante es ser consciente del momento y de la persona. Hay situaciones sobre las que se puede aprender sin transitar por conflictos indeseables. Si se considera además que puede ser la única vez en que se intercambien opiniones, responder de manera cálida y amigable es siempre una alternativa al alcance para evitar lamentos a destiempo. Arrepentimientos por haber perdido la oportunidad de contribuir oportunamente a plantear respuestas útiles en la inquietud de entender la infinidad de mundos que existen en el intercambio de las vivencias de todos.

Clara tenía una mirada azul celeste tan brillante y alegre que merecía toda la atención. Estaba con dos amigas tomando el desayuno en un lugar agradable. La plática era propicia para establecer una conversación sencilla. Era una gran oportunidad para tener toda la intención de ser útil. Para dar algo y empezar a cultivar una muy preciada naciente amistad. Pero no fue así. ¡Cómo es que se descuida valorar una situación única para dar alegría!

La pregunta surgió de manera inocente. Ella preguntó: ¿Qué es Cosmovisión? Un concepto muchas veces repetido. Pero que era evidente que no todos conocían. Y mucho menos se interpreta de manera equivalente. Una de las mujeres con quien Clara compartía la mesa, con prisa porque iba a ver algo en una vitrina, dejó como en el aire una respuesta confusa. La mujer no supo detenerse para describir con sencillez algo que fuera comprensible. Algo que tomara en cuenta la presencia de alguien que era en ese momento su compañera y se decía amiga. Tuvo en aquel momento a un ser humano tan valioso como la pregunta que le inquietaba. Pero la pasó desapercibida. Al escuchar la respuesta tan apresurada y dicha con tanta superficialidad Clara se quedó en silencio. Perdió todo interés en hacer más preguntas.

Aquella pregunta necesitaba el haber tomado en cuenta un deseo de saber. Una inquietud por comprender de una mejor manera un mundo propio. Requería haberle dicho que en ese concepto era ella, Clara, el centro de toda una interpretación para que se sintiera segura, se supiera amada, y reconocida. Desde un cielo hasta una tierra que se compartía ahí mismo con quienes estaba y con todos los que la rodeaban en otros entornos de su familia, trabajo, sociedad o en lo que ella quisiera poner su atención. Pero la insensibilidad ganó.

Después fue demasiado tarde. Clara falleció al poco tiempo.  Se cerró para siempre otro encuentro.  Lo que sí se presentó fue el arrepentimiento. Un reclamo terrible. La conciencia en circunstancias de pérdida definitiva causa mucho dolor. Proporciona lecciones amargas. Clara se convirtió en una maestra. En su silencio eterno supo dar muchas más respuestas al estado de egoísmo con actitudes descuidadas. Al desprecio irreparable para dar algo especialmente a quien lo solicita con la esperanza de quien quiere saber, para superar muchos momentos de tristeza y estados de soledad que pudieron compartirse en vida. Ya no fue posible fortalecer una amistad con la alegría de las confidencias dichas entre personas queridas.

Clara además logró en su historia rememorar con mayor fuerza la importancia de ser sensibles. Ella no conoció a aquel hombre. Sin embargo, movió otra conciencia. Él tenía ya muchos años a cuestas. Le tocó ser solamente observador de grandes cambios. Se guardaba para sus adentros el asombro ante tantas maravillas. Si bien no entendía del todo, escuchaba nombrar con un vocabulario que desconocía a diversos aparatos con componentes electrónicos. Le habían llegado de golpe un sinnúmero de palabras nuevas que describían cosas que le intrigaban. En su tiempo de juventud no tuvo la oportunidad de estudiar formalmente. Fue autodidacta en los temas que le interesaban y leyó cuánto libro tuvo en sus manos. Sabía de la belleza. Su entusiasmo por la vida lo maduró desde la práctica dura y sin la consideración de nadie. Cuando se enfrentó a tantas nuevas palabras quería saber. Pero se mantenía en silencio. Atento con cierta timidez ante las personas que disertaban de los temas de su actualidad, pero ajenos a su comprensión. Como era muy inquieto se acercó en una ocasión a alguien para preguntar. Había oído cada vez con mayor frecuencia una palabra que le causaba dudas. ¿Qué es “performance”? se atrevió a decir. Al que le dirigió la pregunta le sorprendió una cuestión tan simple. Con mucho desdén contestó que era algo así como “desempeño”. Continuó como si nada, la conversación con los que estaba y se olvidó del asunto, y del anciano.

 

Para el hombre viejo fue muy cruel que se le marginara. No solamente por su edad sino por su interés en querer saber cosas de su tiempo. No le resultaba fácil hablar de “desempeño” para referirse a máquinas, y aparatos, por lo visto toscos y anticuados que él inclusive arreglaba en su taller. Esperaba entender algo de lo que la gente con quien podía convivir todavía antes de su muerte. Ellos, a quienes efectivamente les tocaba en suerte ser parte activa de los inventos que revolucionarían nuevas épocas. Pero que él, ya de salida, no los podría usar ni ver en los cambios que provocarían. Su rostro se quedó un poco triste. Se dio la vuelta para regresar a su sillón y a ensimismarse en sus pensamientos. Se sintió excluido, pero le preocupó mucho más la indiferencia con que le dejaban a su suerte. No por él sino por la gente que se cree que tiene la vida por delante y no comparte ni un puñado de lo poco que puede atesorar como si fuera realmente “oro”.

Nuevamente la insensibilidad ganó. La inconsciencia superflua desvaneció un trato digno para la persona que preguntaba. No se dio una respuesta amable. Una explicación sencilla. Que tomara en cuenta el ser sensible y le dejara al hombre sentirse orgulloso de lo que sí conocía. De decirle amablemente que no se inquietara por modas, ni alardes presumidos. Pero el supuesto experto en dar respuestas especializadas falló sin darse cuenta.

El silencio del hombre viejo al retirarse fue mucho más valioso que una palabra inventada que lo desconcertó por un momento. De hecho, continuó su vida y seguramente entendió el significado por otros medios. Pero el remordimiento quedó latente para quien no supo dar atención plena y responder. De ahí que nuevamente, ofrecer una disculpa sea inútil.

Para algunos puede ser muy fácil entender sobre algo. Pero darse cuenta de qué tan poco significa la migaja tan pequeña de conocimiento que se come comparada con el resto del gran banquete disponible es un mérito mayor. La sensibilidad para expandir la conciencia en cualquier oportunidad es un recordatorio que Clara y Aquel hombre han dejado en estas historias. Estar vivos, estar atentos, ser conscientes no son palabras novedosas. Pero sí sugieren retos para ser sensibles y buscar por cuenta propia estar presentes y considerar a toda clase de vida. Ahora mismo. No sólo con lecciones pasadas. Que no obstante siguen dispuestas para dar conciencia por la generosidad de los que nos permitieron conocer sus relatos.

EL RELOJ

Nuevamente ha llegado el tiempo de recordar. Momentos de vida de los que ya no están encarnados.  Tic: De esa manera se oye muy raro. Tac: ¿Pero te has fijado que es lo que representa? Tic: ¡¡¡Pues claro!!! Que los que nos inventaron para saber qué hora es; Ya no se pueden dar un abrazo. Ya no tienen una respuesta en un diálogo. Les es imposible compartir una comida y muchas cosas más. Tac: ¿Y qué haces ahora? Tic: Recordar. Tac: ¿Y con los que todavía están contigo? Tic: Muchas veces sólo recordar.

 

El reloj siguió marcando con su ritmo el Tic, Tac, Uno, dos, uno dos. Mientras tanto se posponían reuniones. Se aplazaban visitas, se apresuraban muchos, para llegar a tiempo a toda clase de compromisos. En el reloj de la pared continuaba la conversación. Mira: Dijo manecilla horaria (Mh). Aquí se ha detenido el tiempo. Hay una frase que me encanta. “un instante es toda la eternidad”. Se mira sin ver. Se oye sin escuchar. Pero uno se funde en un espacio vacío. Se abraza todo. ¡Y todo nos abraza! Manecilla segundera (Ms) respondió: ¡Vaya que estás inspirada! Pero, además, tienes razón. En algunos momentos me ha tocado ver rostros como de iluminados. Están, pero no están. Se van de visita para ver a los que ya no están con ellos. Se preguntan por algo que dejaron atrás. Se dan fuerza para enfrentar su ahora y es bueno ver que al final sonríen.

Ms: A propósito de inspiración. ¿Te has fijado que hay compañeros que les han instalado una tercera manecilla? Se desplaza con un movimiento muy sutil, pero constante. Recorre toda la circunferencia de una carátula sin detenerse. Parece que vuela. ¡¡¡¡Es escalofriante!!!! Mh: ¿A qué te refieres con escalofriante?  Ms: ¡A que alguien se ha inspirado para señalar que el tiempo o mejor la vida es fugaz! Imagina; Si te quedas viendo esa manecilla, se te está yendo el tiempo, así de rápido. ¡Sin darte cuenta! En los relojes clásicos como en donde nos encontramos, hay dos manecillas. En esos diseños, por cierto, a mi me toca ser más veloz. Tú vas más pausada. Pero cuándo he visto que a algunos modelos de relojes sobre todo los de pared como en el que estamos, les han puesto una manecilla extra. Yo misma me he asustado de ver cómo se las han ingeniado para señalar que rápido pasa el tiempo. Mh: ¿Sabes? A mi me parece que es más propio decir que nuestros inventores son los que pasan. No sé exactamente si por el tiempo. Porque como sabemos le dicen así para tener orden, seguir alguna agenda, realizar negociaciones y lo que acostumbran a hacer durante su vida.

Ms: Cómo, cómo. ¿¡Insinúas que el tiempo no existe!? Mh: Pues eso aseguran los mismos que lo han inventado. Pero no deja de ser un fenómeno misterioso para todos. Es más; Tú misma acabas de declarar como en un arrebato de tu inspiración que se puede ir y venir en un instante por toda una eternidad. Es decir, por toda una vida. ¿Cierto? Ms: ¡Vaya! Pues, si pudiera, por lo que acabas de decir; Me quedaría pasmada.

Mh: Pues qué bueno que no puedes pasmarte. Porque así les das tiempo a los que te miren para que recapaciten en lo que tienen por hacer antes de que sea demasiado tarde. Ms: ¡Ay! ¡¡¡¡¡Eso me sonó aún más escalofriante!!!!! Mh: Me parece muy bien. para que luego no se quejen de lo que pudo ser y no fue. Como dicen sus canciones. De que las circunstancias han cambiado y hay menos fuerza y entusiasmo. De que pudieron disfrutar tantas cosas y se las negaron a sí mismos por admitir dudas y malentendidos. De…Ms: Ya, ya entendido. Sería fabuloso que te dedicaras a dar discursos en lugar de estar pegada conmigo para hacer tantas sentencias. ¿Tú crees que alguna vez podrías? Mh: El que. ¿Desvanecerme hacia otro estado y reaparecer digamos en; Una brújula? Podría. De algún modo mis antecedentes en este reloj me acreditan para ser orientadora. Si se inventaron el tiempo, también se pueden inventar Destinos digo yo.

Ms: ¡Eso! ¡Entre el tiempo y cómo lo “usas” se puede vislumbrar hacia dónde te diriges! Verlo pasar con indiferencia, resultará en que con indiferencia tu vida no tenga opciones. Suponer que tienes suficiente, a veces no te alcanzará para lo que quisieras. Intentar ganarle al tiempo puede convertirse en angustia y llegar a nada. ¡En fin, creo que estamos en la hora de la filosofía! ¿Crees que ellos alguna vez piensen como nosotras? O seremos sólo dos manecillas haciendo su trabajo de indicar la hora y los segundos.

Mh: ¿La verdad? Como ellos dicen; En buena onda. No me interesa. Voy a conseguir avanzar hacia un estado que me permita ir más allá de marcar las horas. Que aparentan ir despacio. Que parecen ir lento. No deseo oír más de lamentos. De saber que se arrepienten cuándo se ha dificultado el bienestar por haber esperado tanto. Voy a aprovechar lo que en mi caminar me ha disgustado y a rehacer mi servicio.

Para algo ahora me ha tocado ser la manecilla horaria. En nuestro diario tic, tac, ¡está un buen ritmo para pensar, y algo he aprendido!

Ms: ¡Sí señora! Muy bien dicho. ¡Hasta a mí con el ejemplo de la manecilla extra que me gana la carrera, me parece que debo hacer algo!

Con la calma del que lleva prisa las dos manecillas continuaron con su trabajo. El reloj tomó un nuevo brillo. Parecido al de los rostros iluminados que les llevaron a conversar sobre el tiempo al que le servían aparente o muy real según se vea.

 


ALTO RIESGO

Veamos un proceso que sucede de manera sigilosa. Inadvertida en muchos casos. Determinante para adaptar al organismo humano ante situaciones ambientales. Pero, sobre todo, para generar el sentimiento de múltiples emociones en su interacción con sus semejantes, y en un factor clave para decidir su identidad.

La manera en que cada individuo responde desde los aspectos fisiológicos autónomos, hasta los conceptos subjetivos que se involucran en su interpretación de la realidad es sumamente compleja. Se sabe que cada persona asimila de manera particular situaciones que le permiten mantener un equilibrio integral en su devenir cotidiano. Mediante el uso de sus sentidos realiza los procesos mentales que su cerebro ajusta para dar respuesta ante el entorno en varios niveles. La cantidad de información que se procesa para reaccionar ante el peligro, enfrentar retos, la incertidumbre hacia lo desconocido etc. es definitiva para su comportamiento, y la procesa por medio de su cerebro.

Actualmente se han creado para su servicio procesadores artificiales cada vez más poderosos.  Con una capacidad asombrosa para relacionar en instantes millones de datos que configuran nuevas agrupaciones de información. Calculan constantemente relaciones casi infinitas sobre cualquier tema. La avalancha de información que construyen y son capaces de procesar deja muy atrás, vulnerable y frágil la atención natural del cerebro humano.

Las ideas, creencias, acciones y pensamiento en general de las personas están expuestas en todas las páginas de la red y corren a alta velocidad para ofrecer respuesta a cualquier pregunta. Realzan los temas de interés más solicitados y ofrecen alternativas de consulta direccionando hacia múltiples sitios las dudas del usuario. La gran cantidad de información es abrumadora. Representa un alto riesgo sobre su atención consciente. Por lo tanto, es posible que ante la recepción masiva de estímulos audio visuales, y el flujo constante de información preconfigurada para definir ciertos contextos, el cerebro humano se sature. Se vea influenciado a responder sin discriminar lo que se le presenta con facilidad, de manera continua, sin tamiz siguiendo una ruta del menor esfuerzo. Hay que resaltar que usualmente se hacen todas estas búsquedas, consultas, y relaciones, con el distanciamiento de sus semejantes por dispositivos electrónicos “amigables” atractivos, con costos accesibles, y muy eficientes para dispersar a gran escala todo tipo de opiniones.

Con todo lo anterior seguro ya se han visto diversos comportamientos de manera individual o colectiva que cuestionan que está sucediendo. Se sabe de personas y grupos en las redes sociales que reciben cientos o miles de mensajes. No les da tiempo según dicen, ni de revisar a diario todo lo que se acumula en sus dispositivos. Poco a poco se pierde la sensibilidad sobre saludos de buenos días, buenas noches, y demás rutinas de mucha gente que ni se frecuentaba antes. El sentido de amistad se ve en entredicho. Se habla de tener muchos amigos sólo por señales iconográficas que pueden parecer de aceptación o agrado.  Los buenos deseos para el bienestar pierden significado. Realmente no hay retroalimentación personalizada si se reciben muchas imágenes iguales por un cumpleaños, bodas, y felicitaciones, aunque sea por algún evento muy especial.

El hastío ha empezado incluso a cerrar grupos, a bloquear contactos y a poner en “modo avión” no sólo al teléfono celular que es el de uso más popular, sino al propio cerebro que es el de poco uso de manera consciente. La advertencia en estos términos suena hasta graciosa. Pero devasta sin lugar a duda la fragilidad del cerebro. Pone en evidencia su vulnerabilidad para recibir información que lo confunde y acaba por producir indiferencia colectiva. El sin fin de opiniones deteriora los procesos para la toma de decisiones en aspectos que no están limitados solamente a los asuntos cotidianos sino a la asignación de valores y significados. Los cuales son de suma importancia para la comprensión común sobre la cual se fundan sentimientos de unidad.  

Es cierto que, para la investigación científica, especializada en los diversos campos de conocimiento, la velocidad de procesamiento de datos es una ayuda invaluable. El intercambio formal de información en tiempo real facilita la sistematización y promueve el diseño de estrategias y el logro de resultados sobre algún problema específico. Favorece la colaboración en los aspectos de las diversas disciplinas que comparten sus hallazgos y crean bases de datos cuantiosos y útiles. Es interesante señalarlo. Pero esto es un aspecto excepcional. Se hace el esfuerzo para tener sus propios mecanismos de validación que le permiten conformar marcos de pensamiento con un rigor metódico y estricto.

No obstante, para la mayoría de las personas en la vida cotidiana, la creencia indiscriminada de ideas es un tema de alto riesgo para la salud mental en la percepción de la realidad y los comportamientos de empatía consecuentes. El sentido de unidad y de interdependencia se fractura. Cada día con mayor frecuencia se escucha que cada uno haga “lo que quiera” y se fragmenta un pensamiento de integración. Hasta las intenciones que abogan por la unión en causas comunes como la preservación del planeta, la sensibilidad hacia toda clase de vida, los animales, el agua, y temas trascendentes para el colectivo humano, pierden fuerza. Se desvanecen con tanta información polarizada y antagonista. El cerebro naturalmente ha elegido el camino más fácil. No necesariamente para el desarrollo sino para un nivel instintivo de la base animal que lo compone.

La indiferencia hacia las emociones que distinguen a una persona se manifiesta con un trato frío y distante. Normalmente la permanencia y evolución hacia la unidad ha sido el motivo que ha alentado a la mayoría de las sociedades. Sin embargo; Ha sido complicado para los individuos mantener una estabilidad emocional sobre el asunto, puesto que se cree que hay un solo camino para lograrlo y eso ha sido el principio del desastre. Además, a la posible intención altruista, se han agregado intereses de muchos tipos que cuestionan el fin último de la convivencia unificada. Una frase que resume el conflicto desatado para las buenas intenciones es que: A partir de que alguien quiere ser o se cree “el más bueno de todos”, pelea por tener ese privilegio y hace la guerra a cualquiera que se proponga como el otro “más bueno de todos”. Así que hemos creado un gran problema.

Es increíble que ahora se está sufriendo por una vida desestructurada. Por toda clase de reacciones compulsivas. El sentido de libertad se ha pervertido. El egoísmo está merodeando a partir de las dudas sobre todo y especialmente sobre el humanismo que es construido por la capacidad de ser sensibles hacia otro semejante. Es notable que, si a veces el comportamiento tiende hacia su estado animal, en otro momento se manifiesta para ofrecer ayuda y solidaridad. Los cambios de humor y respuestas conflictivas se están haciendo cada vez más evidentes. La identidad trastornada se puede visualizar con ideales falsos que se perciben con la facilidad que proporciona el ocio, el vacío existencial sin la ambición de transformar las cosas con el potencial de las capacidades humanas.

Cada vez el cerebro recibe una enorme o reiterada cantidad de información que complica la visión de sí mismo y de la similitud con otros. Se nota a pasos agigantados que algo está sucediendo, y no exactamente para la armonía. Cuando “el quien es quien” lo enumeran sitios sobre millones de individuos, la percepción de valores sobre los que se sustenta, por ejemplo; La credibilidad y la honestidad de alguien se pone en entredicho. La famosa imagen que se exhibe con las indumentarias, marcas, artefactos, y bienes superfluos trastorna. Decidir sobre siete mil millones de humanos deja sin entendimiento. ¡La desconfianza está en su apogeo!

 

Pero por lo menos es posible volver a señalar la importancia de procesar la información en las características de un cerebro natural cuyos recursos y respuestas son fundamentalmente elaborados mediante el uso de los sentidos. Lo que se ve, se oye, se siente, etc. se procesa para asimilar “de primera mano” a una persona. Se valora, se utilizan con sensibilidad de auto referencia con elementos de parecido. Se emite una respuesta, y se integra al comportamiento adecuado incluso para rechazar lo que produce disgusto.

Hay que decir que, por lo tanto; Existe un alto riesgo. Que las consecuencias están en un espacio incierto. Pero es interesante el propio juicio. En las próximas vistas de saludos, mensajes, anuncios, memes, videos, podcast, etc. las preguntas no deben faltar. Te sientes comprendido, realizado; ¿Con aspiraciones hacia el logro de algo importante para tu vida? Tus ideas sobre los temas que te interesan las creas y usas la información disponible para la mejora común; O la información te está usando para descalificar con ira o cinismo a otros.  ¿Te hace creer lo que es “correcto” deseable para ti, y tus sentimientos en un contexto que desconoces por tu propia experiencia?

La libertad de elegir es una característica distintiva sin comparación para el ser humano. Ninguna otra especie elige sobre lo que se le presenta. En la cadena de evolución Lo “humano” decide que hacer, cómo, cuándo, dónde y con quien. ¿Te das cuenta?  


Y ENTONCES

 Entonces sólo podemos “subir”. Lo digo así porque existe la idea de que hacia “arriba” se encuentra algo mejor. Desde siempre, mirar hacia el cielo resulta reconfortante. Pero lo importante ahora es que pienses que si hay algo que se gana y no lo puedes perder es el conocimiento. Podrías pretender que algo que has vivido se te olvida. Que algo que has experimentado no sucedió. Pero por eso cada vivencia tiene que ser en un estado de conciencia muy alerta. Para que en su momento o como un recuerdo sea un medio de avanzar.

Me parece que ahora estás un tanto desconcertado. Te has encontrado con varias alternativas. De todas tienes algo de información. Pero te diré que, aunque no me explicas de que se trata, te seguro que dudas solamente de lo que no has conocido. Ahora bien; Sería imposible que experimentaras todo bueno o malo, agradable o desagradable en la infinidad de sensaciones y entornos que están disponibles para conocer. Es conveniente por lo tanto allegarte a personas que merezcan tu confianza para obtener sus referencias de aquello que te interesa. Teniendo en cuenta que vas a confiar en que lo que te digan es el resultado de sus propias vivencias. Que conlleva de igual manera sus dudas, convicciones y posiblemente la necesidad de saber que tú mismo manifiestas con tus preguntas y ellos con sus respuestas.

En ese intercambio se ha generado un cúmulo extraordinario de incertidumbre que prevalece desde tiempos inmemoriales. Unos cuántos se han reunido para buscar sobre la visión del mundo con un deseo de encontrar explicaciones válidas para todos. Muchos más se han aprovechado de tantas cuestiones para acrecentar las dudas y manipular a sus iguales que son los únicos que pueden creer sus patrañas. Ya te has dado cuenta de que hay de todo y para todos. Pero conservas la decisión para elegir. En general te intimida lo que desconoces. Por eso ya no puedes echarte para atrás. Si acaso podrás ir afinando tu conocimiento para reconocer lo que te ha hecho reforzar tus decisiones y seguir adelante.

Te voy a contar algo que te puede ayudar a comprender que tú experiencia de vida solamente tiene un significado personal. Que tal vez se pueda compartir pero que al final sólo tú sabes aplicar para hacerlo útil y hasta ponerlo al servicio de alguien más en ese intercambio que de buena o mala fe que está establecido. Es la experiencia de una persona que conozco. De la cuál puedo confiarme como te he explicado.  Sucedió que cuando estaba a punto de realizar un gran logro, recorrió caminos en solitario.  Pasó por lugares de su pasado, que no habían dejado huella según había sentido. Sin embargo, los recuerdos de lo que ahí había vivido, retomaron un valor incalculable. Le hicieron reencontrar emociones que surgen cuando se valora en una nueva perspectiva el privilegio de haber transcurrido una etapa de la vida arropado por un ambiente de estudio. Por un entorno de seguridad para convivir con el entusiasmo de la juventud en toda su capacidad de estar pleno y sin preocupaciones de algo que no fuera el verse a sí mismo rodeado de incertidumbre, pero con la sensación de poderlo todo.

¿Te imaginas?  Reconoció el potencial total que estuvo en sus manos, pero sin la conciencia para haber expandido su realidad y expectativas hacia niveles más elevados. No obstante, el darse cuenta fue un gran paso. Cada espacio que recorrió en un nuevo estado de atención cimbró su actualidad. Se dio cuenta que, mediante el recuerdo, su presente estaba conformada por una parte de un camino que ya no podía ser en retroceso pero que se transformaba en una plataforma más sólida, más amplia para seguir adelante. Las emociones renovadas, me dijo, fueron como recién descubiertas. Lo mejor es que se integraron en su vivencia y sabía que ya no las perdería. Sucedió como la conjunción del espacio y del tiempo que se convierten en marcos para delimitar un presente distinto. Con la finalidad de recapacitar para aprovechar la vida en otro nivel. Ahí según su entendimiento comprobó que; “No hay para atrás”. Se alegró de haber comprendido nuevos significados en su historia de vida. Su emoción creció para continuar viviendo con mayor entusiasmo. Inclusive para enfrentar a uno de los más imponentes maestros de vida que es la muerte.

Te puedo comentar que a nadie le importó su experiencia. Su alegría y su emoción las experimentó para él sólo. Logró lo que se propuso con creces. El silencio fue su mejor compañía. Si me preguntas qué le sucedió después, con una alegría compartida te digo que alcanzó nuevas metas. Todas hacia arriba. Con los pies en la tierra, pero con la seguridad de que hay algo más ligero y simple que lo alienta dese siempre.

Hay otra clase de experiencias de las que te debo advertir. Son muy convincentes para el que las vive y tienen una característica interesante. Son un reto para esclarecerlas. Parten de una creencia común que se vuelve imperioso difundir. Son parte de las escamas de un gran monstruo descrito por diversos pensadores a través del tiempo. Pertenecen a un deber ser que se enmascara como una “verdad” colectiva que presume de su poderío y conveniencia. Deslumbra en donde hay mucha obscuridad. Convence en dónde hay necesidad de adhesión a algo que ofrezca seguridad de cardumen.  La vida a un nivel de supervivencia es muy azarosa. Es temible. Se sabe que muchos tendrán que sucumbir para que otros persistan. Entonces apostar a salvarse de entre la gran masa es la mejor opción.

Para lo que ha iniciado nuestra plática, decir si se avanza o se retrocede no está en esta perspectiva. Lo más que se percibe es que se está detenido como en arenas movedizas y es mejor permanecer inmóvil. No faltan astutos que enarbolan profecías y hechos inexplicables para revestirlos de misterio o adjudicarlos a fuerzas superiores. Su desencanto es mayúsculo cuando hay gente que no cree en lo mismo. Conmueve su vehemencia para ganar crédito. Ya sea para su propia convicción o para servicio de los que los mandan. Sin darse cuenta esparcen el miedo y la subordinación para algo que ellos mismos desconocen con certeza. Y sobre todo con el conocimiento vivencial que resume el saber algo por cuenta propia.

Pero nuevamente la decisión es tú derecho. Podría exponer un sin número de posibilidades para definir qué es conocer y que te aclares a ti mismo lo que necesites. Hasta puedes indagar significados con diversos puntos de vista. Qué se considera como; Sabiduría; Entender y Conocimiento. Además de la ahora tan popular; Información. enaltecida por una extraordinaria tecnología. Si te he dicho desde siempre que encuentres tú camino, en principio tienes que comprender lo que se ha escrito sobre ello para encausar tu pensamiento. Un hecho es que te encuentras sólo. En una travesía de conjunto, pero sólo para entender, conocer, y dirigir tú propia vida. No obstante, mientras más descubras para ti mismo. Más tienes para aportar a las personas que están contigo en cada situación en que se encuentren.

Te agradezco por propiciar nuestra charla. Espero haberte dado algo que te sea de utilidad. Deseo algún día enterarme de que has triunfado. Descubrir en tu mirada la luz del conocimiento. Que, si en algún momento te encuentras con ojos vacíos, apagados por la esclavitud de la ignorancia, sepas que tienes un gran privilegio y corresponsabilidad al ser una chispa de luz que se irradia. Que la vida es lo único que es inalterable, resurge cada día en ti, en todos los demás sin duda.

OTRO PUNTO DE VISTA

 La pantalla estaba preparada. Era enorme. Como complemento a la función estaban instaladas bocinas y equipo que hacían posible la sensación de intensificar las imágenes, y los sonidos de lo que estaban a punto de presenciar.

Se apagaron las luces y una voz inició a narrar en la obscuridad:

-En esta ocasión les invito a observar, en esta magna proyección, a la inteligencia creadora. No quiero describirla con un lenguaje científico ni tecnológico. Aunque es realmente la manifestación de la Ciencia y la tecnología. Con el diseño de herramientas cada vez más sofisticadas. Pero se necesita de la interpretación más profunda para comprender y generar el motivo que desarrolle la capacidad sin igual de ser creadores.

Vean la energía que se manifiesta en los equipos humanos cuya actividad es para desplegar un nuevo proyecto. Si bien uno de sus propósitos puede ser proporcionar un instrumento útil para un fin determinado, la habilidades y conocimientos de cada individuo requieren rebasar la parte meramente materialista y utilitaria.

Una serie de rayos cruzaron el espacio destellando con intensidad. ¿¿Lo puedes ver??  Vamos a visualizar, por ejemplo; El conocimiento que se pone en práctica para el diseño de mecanismos que interactúen de manera “inteligente”. Es decir, la formulación de códigos en interacción para resolver diversas necesidades para la vida y para la convivencia social. Es apasionante señalar cuánta energía personal y de grupo permite su transformación para un motivo de servicio. El cerebro humano haciendo millones de conexiones, por el deseo de moldear una serie de componentes y elevarlos a un estado superior en la capacidad de ayuda

Entender lo que distingue el trabajo de los genios, de los llamados Geek, de los creadores en general; Es ir más allá. Te puedo asegurar que la inspiración que los dirige trabaja en un nivel superior a lo que manejan entre sus manos. No sólo como pudiera parecer, les interesa la tecnología como tal. Su deseo lo inspira el ofrecer. la solución de problemas, innovar, construir, promover cambios favorables y facilitar la realización de diversas tareas. En última instancia mejorar al ser humano.

Sin embargo, es posible que el uso que sus creaciones para otras personas menos dotadas de inteligencia se visualicen para objetivos egoístas. Es sabido que en un mundo de fantasía se puede pervertir casi sin límites la aplicación de las grandes invenciones. Pero no quiero desviar con ese sesgo el significado del sorprendente potencial de cada mente creadora. Los que trabajan en ese nivel, son mucho más sensibles al orden universal que los alienta.

Si te das cuenta el agua, la tierra, el aire, y el fuego, están disponibles para la conquista. Igual pueden ser encausados hacia el desastre o hacia la reivindicación de alguna tragedia. Pueden proveer sustento o conducir hasta la muerte. Son aliados o “enemigos”. Pero la energía que los impulsa es dócil para que la modelen los creadores con la intención de dar servicio.

Las invenciones tecnológicas cada vez son más adaptables al cambio de las circunstancias en donde actúan. La genialidad del intelecto humano les provee de algoritmos que les permiten reaccionar a las condiciones de su tarea. La infinidad de formas y usos son impresionantes. Las hay auxiliares para la búsqueda y rescate, para incursionar en terrenos peligrosos, recabadores de imágenes, exploradores, de compañía, para compilación de datos, de reacción inmediata, constructores. ¡Que más se te ocurre! Lo que digas está ya disponible, aunque no lo creas.

Para algunas generaciones es real, que ni con su imaginación, alcanzan a entender lo que ya es un hecho. Para los jóvenes y niños se está gestando un nuevo mundo con el cuál interactúan mediante un sinfín de dispositivos que les parecen juguetes. Es usual que los bebés de familias que se encuentran distantes vean una pantalla para identificar a sus abuelos. Igual que se puede observar con increíble resolución de imagen a los planetas y estrellas en el universo. Se puede ver también a los semejantes en sus respectivos países y espacios para diversos fines válidos o controversiales.

El punto focal es que la capacidad humana avanza vertiginosamente, hasta que se topa con una reacción adversa por sus propias creaciones. Hay que enfatizar por lo tanto que existe una guarda que le habrá de cuestionar en algún momento puntos muy importantes: ¿Dónde se pierde la identidad genial con sus creaciones? Cómo es que se pervierte la posibilidad de interactuar con gratitud ante la generosidad de la naturaleza circundante y que permanece fuera de su control. Si los inicios de su trabajo son fundamentados en un esfuerzo de colaboración. En la capacidad para compartir el conocimiento y la técnica, reunida en grupos interdisciplinarios. Las advertencias para no desviarse están latentes.

Este punto de vista es el que se vislumbra. Pudiera parecer estéril o fuera de la realidad. Pero muchas veces han coincidido las opiniones de millones que añoran la tranquilidad de la convivencia sin parecer esclavos. Se sabe sin lugar a duda en cada muestra del esplendor de la naturaleza que provoca serenidad. Se siente en un escenario de caos producido sólo por un instante de la energía con un poder superior cuando ruge en un terremoto, en una atronadora erupción volcánica o en la furia de un huracán que arrasa en segundos lo que está a su paso.

Por lo tanto; Vale la pena retomar lo que ha estado siempre para elegir. La mente puede acopiar toda clase de información. Reproduce sin cesar las bondades o perjuicios que alimentan una realidad colectiva y personal. Por alguna sinrazón se puede desbocar. Pero se puede entender otro punto de vista. La energía de los llamados genios es sobresaliente. Es maleable en una mínima parte. Suficiente para aportar enorme diversión en este juego. El otro 99% permanece a la expectativa. Siempre dispuesta para fines superiores.

Condescendiente a la fragilidad del ser humano. Comprensiva de la ignorancia de la mayoría. Decepcionada en ocasiones; Puesto que cada vez que se diseña una clave para que funcione cualquier artefacto. Hay en proceso el ingenio contrapuesto para descifrar cómo actúa y apropiarse de sus cualidades. Hace mucho que se empezó a escuchar en los juegos electrónicos sobre zombis y entes autómatas que sucumben ante las inteligencias que compiten. Es un juego que se adopta en la realidad en una carrera imparable. De manera idéntica los maestros “buenos y malos” dedican sus vidas a enfrentar batallas, y los ordinarios a tratar de apropiarse de los usos, reglas, ganancias, de todo el quehacer.

Lo interesante es señalar; Cuál es ese otro punto de vista que adoptas tú mismo. Te encuentras cada día en una posición básica. En medio de todas las creaciones. En medio de la elección hacia cómo las interpretas. En medio de decidir sobre cuál dedicar tu esfuerzo. En medio de un juego tan real que se te puede acabar tu vida o inventarte nueve más como algunas criaturas que tiene fama de recrearse para subsistir con esa misma energía que está en medio de todo. -

Se apagó la voz lentamente mientras se iluminaba la sala. Hubo un instante de un suspiro común. La función había terminado. Algunas mentes pensaron. Se iluminó una idea. Muchos otros se encogieron de hombros; Es sólo otro punto de vista.

EN UNA FIESTA

Ahora te cuento. Empezó la música. Tocaron un danzón. Adivina quien se levantó a bailar sola. Bueno era todo un espectáculo. Las señoras del “Heraldo del Refinamiento” no dejaban de agitar sus abanicos como dementes. Los señores se quedaron como hipnotizados al compás de la melodía y ante la visión que muchos calificaron de maravillosa. La tanda continuó con una cumbia, el caballo no sé qué, y hasta una rumba flamenca. Aquello era la locura. Me consta que los señores y los caballeros invitaron a bailar a todas las damas. Pero las casadas ni al caso. las solteras y demás mujeres se hacían las remolonas para no parecer desesperadas o causar la impresión de muy fáciles de convencer. Total, que yo las vi a cuál más, moviendo las patitas, como decimos, debajo de los manteles o en sus asientos. Pero no accedieron a las invitaciones para bailar así que allá ellas.

Luego alguien propuso conectar el famoso Karaoke. ¡No bueno! Ya sabrás; quien tomó el micrófono. Pero mientras lo ajustaban empezó a cantar a capella esa dé; Extraños en la noche de Sinatra. ¡¡¡Uy!!! Otro revuelo de incomodidad para las mujeres, pero para los hombres un ensueño de embeleso.

Empezaron los reclamos en voz baja de las esposas, amigas, conocidas y demás. Caras largas y cortas, digo yo, por lo que a unos les encantaba, para las otras era motivo de gran enojo. Si hubieran podido abrir ahí mismo las puertas del Hades y enviar a ya sabes quién, de cabeza, hecho estaba. Pero como ella tiene amistad con el propio Mefisto, no se les hizo. Al contrario. Cuando terminó su canción, recibió muy complacida los aplausos. Se dirigió a su mesa y brindó con los presentes por la buena noche de diversión que estaba pasando.

Yo estaba en esa mesa y me di cuenta de que una de las señoras le cuestionó en tono bajo alguna cosa. Desconozco cuál haya sido la pregunta, pero bien que oí la respuesta.

-Señora: Si a usted le parece inadecuado, mi baile, mi canto, o cualquier otro de mis comportamientos no la culpo. Debe ser horrible abstenerse de ser feliz un momento y disfrutar lo que la vida nos ofrece. Como ve, nadie se ha muerto. Al contrario, percibo que unos cuántos por fin han decidido reír, bailar, y estar contentos a pesar de la pareja que los acompaña. Al parecer se han descargado un poco de culpas no merecidas o de la pena ajena que les impide mostrarse como son.

Sabe usted; El primer paso para no estar al pendiente de las vidas de otros y empezar a vivir la propia vida es aceptar el cómo somos. Así de simple. Si el que dirán de otros rige su conducta particularmente en un ambiente de fiesta como en el que nos encontramos es un desperdicio de tiempo. Habrá siempre a quien le guste o no, lo que se hace. ¡Pero si es su gusto bailar o cantar qué mejor! ¡Estamos en una fiesta! Le aseguro que el día que tenga el valor de ser como es, empezará a vivir su vida y dejará a otros en paz.

De sobra sé de protocolos de conductas correctas en el trabajo, un asunto oficial, y cosas por el estilo. Me esforcé mucho tiempo con todas mis capacidades para hacer lo debido. Actualmente eso ha quedado atrás. Tengo la fortuna de; ¡Seguir con vida! A veces sucumbí ante las situaciones formales porque era conveniente. Pero tengo profundamente arraigada mi idea de libertad. Entonces como ahora aprecio mucho la sencillez de una convivencia agradable. No me interesa el quedar bien con alguien. ¿Sabe?  Lo que valoro es quedar bien conmigo misma.

-Mi visión del tiempo es lineal. Nada de que lo que me perdí en un momento volverá en otro. Si la oportunidad se deja pasar, ya no vuelve. Al menos no en las mismas condiciones. ¿O me dirá que bailar a los 25 es igual que a los 70?

A esas alturas de la explicación ya todos los que estábamos en la mesa y otros tantos se pusieron alrededor para seguir escuchando. -Ya que se ha acercado a mi para que le conteste, le voy a platicar otras cosas que tal vez le interesen para descalificarme como a usted le parezca. -En una ocasión pude ir de paseo al mar y hacer un clavado para sumergirme a contemplar a los peces en el fondo de un lugar llamado el Botellón por lo cristalina del agua. Subí y bajé del barco muchas veces sin problema.  Fue maravilloso.  Años, muchos años más tarde fui a un parque acuático. Me dijeron que había que montarse en una llanta de salvavidas para bajar por una resbaladilla de gran altura. El trayecto de bajada por la resbaladilla fue emocionante. ¡Pero a la hora de sacarme de la mentada llanta, no le cuento! ¡Ni entre cuatro salvavidas de a deveras podían jalarme para quedar fuera!  

-Ya se imaginará el espectáculo que armamos! Entre que dos me tomaban de los brazos para jalarme, y otros dos detenían la llanta para que me desatorara, ¡la risa no nos dejó hacer algo! Mi hermana malvada con quien habíamos ido a los juegos acuáticos ya ni se molestó en taparme porque con tanto movimiento ¡“retraté” a todos los presentes! - Era tan alegre su relato que todos reímos junto con ella. Durante todo el relato Doña Angustias ya no sabía dónde meterse. ¡Eso creo fue más gracioso!

Luego continuó: - Años después, como sin darme cuenta de la merma de mis fuerzas, pero no de mi entusiasmo en otra aventura subí con un grupo a una lancha de goma por el cauce de un río. Lo disfrute enormemente hasta que un rápido de remolino nos botó a todos al agua. La mayoría eran jóvenes y se subieron con facilidad de nuevo a la embarcación. Pero agradecí el gran trabajo de equipo que realizaron para ponerme a mi de nuevo a flote y luego para subirme a la lancha. ¡Viva la juventud! ¡Y me refiero a la juventud de los otros que sólo así pudieron ayudarme! No se hicieron esperar las risas de todos los que escuchábamos con regocijo su narración. Hasta de las otras mesas se asomaban para ver qué tanto estábamos haciendo. Concluyó la doñita diciendo:

-En resumen, le invito a quitar de su vocabulario lo “inapropiado”. La escala para medir eso es muy personal. Ahora mismo ya se ha ganado una fea discusión con su marido y se ha amargado esta velada sin razón.  He tenido la paciencia de explicarle y por lo que veo el tema es de gran interés para muchos-. Los que la habíamos oído asentimos con muchas sonrisas. Doña Angustias se quedó pasmada. Como en ese momento entraba la orquesta en vivo cada uno se fue a su mesa para romper el baile. En cuánto iniciaron los primeros acordes ya estábamos más que puestos.

Pero todavía hubo algo extra que nos dejó a todos admirados. ¡¡¡Que llega el galán de la señora!!! Le entregó un ramo de rosas y le dio un beso en la mano. Creo que muchos perdimos el paso. Tú sabes que Don Leoncio ya no es un jovencito, ni la señora tampoco. Pero se pararon a bailar. Sus rostros llenos de luz. De esa que brilla en la cara de los que son felices. ¿¿Puedes creerlo?? Yo sí. Y me alegra.  ¡Por lo que dices seguro que a las damas del Heraldo y a las del “Todo Recato” les volvió a dar el patatús!

¡Que lo digas! Muchas hubieran dado lo que fuera porque el Don les hubiera tirado un lazo. Es el colmo. Las hemos visto cómo le ofrecen cocinarle, lavarle su ropa, acompañarlo etc. suponen que nadie las ve. Pero en este pueblo todo se sabe. Un día se van como de cacería y al otro a arrepentirse de sus desvaríos.

A veces hasta me dan tristeza. Nos encontramos en un corralito tan limitado a comparación de lo grande que es este mundo y todavía les da miedo salirse para encontrar lo que quisieran. Les pesan mucho las costumbres. Soportan con infelicidad cuánta imposición les cargan. Antes di que asistieron a la fiesta. Sólo porque es en honor de” la octava novena del año terminal”.

En fin, amiga; La fiesta estuvo buena. Luego nos vemos para empezar los preparativos del mes de aniversario. ¡Esta vez haré una invitación especial para la señora! Me sorprendió cuándo la vi entrar al salón sola, sin invitación, y además por lo visto, invitar a su pareja para que se reunieran frente a todos. Como dicen: Sorpresas te da la vida. ¡La vida te da sorpresas!

 

 

NO ES CUENTO

 

Han llegado para realizar un experimento muy peculiar. Tienen la posibilidad de utilizar una balanza que como saben es un instrumento de medición. Es de un modelo clásico antiguo. Similar a la que sostiene la alegoría de la justicia en una de sus manos. Está formada por una columna central y dos platillos que comparten un fiel. Así se le conoce al justo medio que indica que hay equilibrio entre lo que se compara. ¿Tienen la imagen en mente? Ahora la pueden poner enfrente suyo.

Pues bien. Este experimento con una balanza tan singular les da la posibilidad de comparar “pesos” mucho más complejos que una simple mercancía. En esta ocasión serán ingredientes que pueden inclinar los platillos hacia su propia percepción de valor. Es decir que el fiel lo ajustarán conforme al significado que ustedes consideren es más representativo en su vida cotidiana. De acuerdo con unas preguntas que les haré. Pueden tomar sus respuestas para agregarlas al lado de la balanza que les convenga.

Iniciaremos con dos elementos que son determinantes para formar un carácter como individuos. No teman confrontar los significados aun que los hayan manipulado para sostener una imagen ideal inexistente. Muchos alumnos desertan al descubrir que les es imposible forzar el indicador que nivele sus creencias. Particularmente porque dichos elementos son a la vez piedras de toque para configuran el mundo en el que ustedes existen. Para los que persistan será una experiencia que enriquece su mente y su acción.

-Tomen ahora lo que está en la gaveta. Les leeré algunos puntos de referencia para que orienten su experimento, y empiecen a agregar los componentes que entiendan les sean de utilidad-. Los participantes abrieron la puertecilla y encontraron etiquetados: Responsabilidad. Obediencia.

Cada uno eligió en cual platillo poner lo uno y lo otro. En un primer momento era curioso que el fiel no se moviera. Pero empezaron a escuchar:

-Qué tanto pesa la responsabilidad contra la obediencia en el caso de desarrollar una personalidad cuyo anhelo es el ser independiente, y a sentirse sin ataduras. El desprenderse de las dependencias adquiridas por las buenas intenciones de quienes conformaron su educación entre las normas de un comportamiento correcto, de acuerdo con costumbres sociales cambiantes. Percepciones particulares, y Condiciones que son variadas para cada uno de ustedes-

Los practicantes quedaron en silencio. Se sentían parte de los grupos sociales en donde habían crecido. La familia, la escuela, el trabajo eran algunos de los ambientes conocidos y comunes. Cuestionar si habían sido moldeados de manera enajenante los desconcertó. Creían que su idea de “lo correcto” era el modo aceptable para conducirse. Que en eso consistía el posicionarse en una situación ventajosa y de confort en su presente y a largo plazo para su vida. Se miraron unos a otros tratando de reaccionar de manera parecida para no equivocarse.

-De nada les servirá fincar su decisión en lo que otros hagan. Decidan conforme a su experiencia. ¿Se ha puesto en una situación de obediencia para tener a quien culpar por lo que les sucede? ¿Han eludido un compromiso para no ser señalados como los culpables de un mal resultado? ¿Han perdido el amor propio para complacer modelos ajenos para ser aceptados por miedo al rechazo?

Por fin alguien tomó la iniciativa y empezó a colocar partes de aquellas frases en uno de los platillos.

Las preguntas continuaron. - ¿Han sentido la satisfacción de tomar una decisión y estar conscientes de las consecuencias?  ¿Realizan acciones para para resolver conflictos? ¿Confrontan las causas de lo que les incomoda? -

Un participante retiró de manera brusca la mesa de trabajo y se dirigió hacia la salida, vociferando que era ridículo “pesar” conceptos intangibles, mezclados con emociones y materializar algo con eso.

-Sin saber su compañero ha declarado una fórmula que han utilizado los magos desde tiempos inmemoriales. Tiene por lo tanto un conocimiento. Pero por ahora lo desconoce y permanecerá para él oculto hasta que resuelva desear encontrarlo-.

-Los que consideren que pierden su tiempo pueden seguirlo. Porque seguirán las preguntas molestas por decir lo menos. La mente se quedará sin argumentos para lo desconocido. Las emociones se desbordarán para resistir el embate a su seguridad. Pero tenemos que continuar. ¿Alguien quiere decir algo? -

Tengo una duda para poder ajustar mi fiel. El peso en uno de los platillos se ha vencido hacia un lado. Pero yo sé que en alguna etapa de desarrollo era imposible hacerme responsable por mis actos. Es confuso. Me siento a disgusto con el desnivel que muestra mi balanza.

Es una duda importante. Veamos: Necesariamente en la edad infantil dependemos del cuidado de otros. Generalmente, la fuerza física y mental están en proceso de maduración. La capacidad para medir riesgos es incipiente. Las habilidades manuales, de movimiento, y de conocimientos no permiten la autosuficiencia. Pero al paso en el tiempo, si enfocan los años de adolescencia, recuerdan la rebeldía que se apoderaba de los actos para cuestionar si lo que les obligaban a obedecer era lo que les era propio. Empezó una etapa que más bien le obligaba a rebelarse. Se detestan las normas, las imposiciones, y hay una lucha, por así decirlo, contra todo lo establecido que no encaja en la propia percepción de identidad y del mundo circundante.

Cada transición en edad conduce a darse cuenta de los cambios que se necesitan llevar a cabo para por fin lograr la independencia. Cualquier titubeo al ceder ese espacio vital es causa de desdicha. Aquí hay practicantes de todas las edades. Sin embargo, cada uno tiene la experiencia suficiente para diferenciar lo que ha hecho y cómo se siente después, sobre todo ante sí mismo. La dependencia, la insatisfacción constante, la rebeldía normalmente corresponde a las etapas infantiles y de adolescencia. Pero la edad en años no garantiza la realización de un impulso para ser independiente. Algunas circunstancias favorecen hasta un retroceso o quedarse sometido en etapas inmaduras.

Las buenas intenciones de los que ayudan al crecimiento como individuo, están plagadas de taras que entorpecen, como en la balanza, al fiel que muestre un punto de equilibrio. Es por lo tanto muy oportuna su duda. La ignorancia que se promueve como apoyo malentendido, desafortunadamente en muchos casos confunde. como ha dicho. Dificulta esclarecer hasta dónde llegan los límites de un intercambio de crecimiento saludable. No obstante, la intervención de la inteligencia que se ha desarrollado señala con variadas sensaciones qué se necesita corregir con voluntad férrea para definir los linderos que nos corresponden. El deber obligado con la obediencia sucumbe al confrontarlo con la responsabilidad.

Las taras más pesadas se utilizan sin distinción. por ejemplo; La sobreprotección. La culpa. La vergüenza y demás sentimientos que obligan a la cobardía. Muchos de los que son orientadores en diferentes roles, no han terminado de crecer ellos mismos. Se entiende por lo tanto que instruyen a partir de su ignorancia. Sin mala intención unos y otros con toda la alevosía y ventaja. Pero les aseguro que en ambas circunstancias se tiene un obstáculo formidable que domina. El miedo. Es como un elixir para los maleficios. Todo lo paraliza o lo tergiversa. Impide la acción consciente.  En los cuentos lo dibujan como una gigantesca zarza con espinas. Sus ramas se entrecruzan aprisionando totalmente a su presa. He apelado a las narraciones para niños, porque se ha tratado el tema desde siempre.

Los intentos para señalarlo como el principal lastre lo han descrito precisamente para que en una etapa temprana se le reconozca, en las leyendas y cuentos infantiles. Se vea como el enemigo a vencer. En la infancia se encubre temporalmente el proceso de darse cuenta. Pero por eso persisten también las historias que dicen los ancianos a sus nietos. La sabiduría popular que repiten los padres y madres a sus hijos. Este espacio es creado para que con la imaginación se muevan los recuerdos y las realidades de cada uno. La misión es estar en alerta sobre esas taras y más sobre el miedo a partir del cual se deforma cualquier personalidad.

Con esa advertencia, los participantes tomaron nuevos bríos. Me interesa saber si los ingredientes que nos ha proporcionado para comparar son posibles de equilibrar. Es decir; ¿La responsabilidad y La obediencia aplicadas al mismo tiempo logran la estabilidad?; Mi balanza no se estabiliza. de esa manera. Se mueve a menos que quite uno y empieza a equilibrar con las respuestas que agrego en el plato de contrapeso.

-Excelente observación. Para todos esos hallazgos hay una respuesta. Han preguntado si es posible encontrar un equilibrio al usar la obediencia y la responsabilidad al mismo tiempo. No. Se excluyen mutuamente. Es necesario en algún momento de desarrollo tomar las riendas. La obediencia despersonaliza y permite la manipulación que resignadamente renuncia, y cede a intereses ajenos. Trae efectos colaterales sumamente adversos.

La responsabilidad, pueden comprobarlo, les hace usar sus capacidades. Cada vez con mayor eficiencia. Sus habilidades para responder ante las circunstancias y ante las personas es acumulativa. Lo que han conquistado con esa fuerza ya no se pierde. Les sirve para cimentar lo que necesiten construir para sí mismos. Además de favorecer la armonía con otros y en su medio ambiente. -

Todos se dedicaron a revisar cómo habían situado los ingredientes. El cómo habían considerado las preguntas y respuestas para sí mismos. No les interesó voltear a ver las otras balanzas. Se concentraron en quitar el ingrediente inútil y añadieron las respuestas personales.

-Hasta aquí hemos cubierto la primera parte del experimento. Sus dudas, las preguntas y sus inquietudes indican lo que les llama la atención para atenderlo. Corresponde ahora llevarlo como tarea a la práctica. Para eso se les ha proporcionado instrumentos que les son comunes. Cada uno tiene cinco sentidos para calibrar lo que haga falta. Llegará uno más cuándo estén preparados. Se les otorgarán muchos más cuándo descubran que los hay.

Mientras tanto:

*Usen sus ojos para observar: ¿Qué es lo que veo de mí y de lo que me rodea? *Usen sus oídos: ¿Escucho felicidad en mí y con quienes me encuentro? Utilicen toda la combinación de sus sentidos. * ¿Que sienten de sí mismos?

Les deseo mucho éxito. Están a punto de crear su realidad.