SEMEJANZAS

El murmullo de voces sólo era interrumpido de vez en cuando con el sonido de la puerta que se abría para dar paso a otra de las personas que aguardaban para ser llamadas. El lugar estaba lleno y era la antesala de un teatro de grandes dimensiones especialmente rentado para probar a los aspirantes.
 
Pero no era un examen común. Sofía y Redro daban las indicaciones. Ellos estaban de acuerdo para dirigir de manera indistinta la actuación  de los que se presentaban. Estaban de acuerdo también,  para sugerir que se requería en alguna circunstancia  diseñada previamente. Inclusive si alguno lo consideraba, podría dar rienda suelta a la improvisación,  con la seguridad más que entendida en el objetivo que buscaban.
 
Para ambos, realizar la selección era algo  en dónde el actor tendría que conmoverlos.  Algo tan provocador que en un instante se integraran con el desempeño del aspirante. Sin embargo, para Sofía ese instante requería de la paciencia para permitir que el aspirante se tranquilice y pueda centrarse en su presentación. Redro en cambio exigía la preparación debida a un motivo profesional. La disciplina previa al logro de un resultado, que en este caso era estar frente a ellos para desarrollar un acto que les ganara el papel en cuestión.
 
Los dos puntos de vista no obstante coincidían en el fondo. por eso su trabajo era celebrado y merecedor de múltiples premios. Obras dramáticas, leyendas épicas, comedias ligeras o piezas románticas se disputaban a los mejores actores. Su trabajo por lo tanto era apasionante.
 
Sofía dio la orden: ¡El siguiente!. Con pasos la mayoría de las veces inseguros, el candidato subía por la escalera lateral de un escenario que a simple vista era enorme. Al quedar de frente en dónde estaría el público algunos se quedaban sin habla. Comenzaban a recorrer con la vista la serie de gradas de las cuales las del fondo eran difíciles de distinguir. además de las filas de un segundo piso que suponían llegaban muy lejos.
 
El llamado para iniciar la actuación dictaba: Tú eres; ¡Un Rey!  Pasaron algunos segundos.   Sofía y Redro se voltearon a ver desconcertados. Su llamado era desapercibido.  El aspirante seguía pasmado.
 
Ante tales señales, con ademanes de comprensión Sofía, indicó con las manos que la persona caminara hacia la otra escalera que bajaba del escenario y lo llevó a una puerta lateral de salida. Cuando el aspirante se dió cuenta, había perdido su oportunidad sin siquiera haber pronunciado una palabra. 
 
Pasado el momento de desconcierto, se acomodaron nuevamente en sus butacas. Se tomaron un tiempo para recibir al siguiente descansando su cabeza en el respaldo e intercambiaron opiniones sobre lo acertado de su decisión al haber preparado las audiciones, en especial dentro de ese lugar que  era imponente. Lo cuál era un punto sobresaliente para retar el talento que buscaban.
 
Quedaba claro que eso de ejecutar una semejanza y actuar en consecuencia tiene que estar arraigado en un entorno a veces aterrador. “parecerlo para serlo” tenía que venir desde el fondo para ser convincente. La personalidad del aspirante requería en principio estar atento.
 
Algunos como en el caso que acababa de pasar ni podían enfrentar el primer impacto del escenario. Mucho menos asumir un comportamiento determinado.  ¡Qué lástima desperdiciar la oportunidad de vivir muchas vidas!
 
Redro tocó el hombro de Sofía.  La puerta se había abierto de golpe. Alguien había entrado sin esperar el llamado y se dirigió directo al medio del escenario. Observaron como el personaje comenzó a gesticular con fuerza hacia un grupo imaginario y daba órdenes, exigía respuestas, acallaba con sus mandatos a una supuesta petición y se quedaba a veces “bufando” y otras con un gesto de desprecio.
 
¡Alto! ¡Alto!  dijo Redro. ¿Quién te ha dicho que entraras? has interpretado por equivocación que era” un rey” el ejercicio?  ¿Qué son esos ademanes de soberbia y prepotencia descarada? El aspirante sorprendido replicó que en su entendido la arrogancia funciona y tal cual,  había aparecido con mucho aplomo para someter al hombre, la bestia o quimera que se le pusiera enfrente.
 
¡Vaya!  Pero amigo, levantó la voz Sofía, ¡Qué son esos aspavientos y el gesto tan arrogante que asemeja a una máscara mal hecha!  Es común que el estereotipo más corriente presume de arrogancia y autoridad mal entendida. Pero ese sesgo tan vulgar en este momento no interesa.  Muchas gracias. Te daremos un libreto diferente. En dónde el rey personifica aspiraciones renovadas para otros, y entre todos las aplican.
 
 El aspirante muy atribulado replicó:
¡Pero entonces la esencia del personaje se disuelve! ¡Parte de su encanto desaparece! El interés aspiracional que representa; En dónde queda¡?  Redro intervino: Pues seguramente entre los muros y fosos de los viejos castillos que están en pie en todo el mundo.
 
Sofía pensó para sí misma . Teniendo presente no obstante los que siguen como espacios de turismo exhibiendo todo el lujo y pertenencias recaudadas o de robo de  un intercambio sin fin entre toda la alcurnia de los poseedores de títulos convenientemente pactados. Como ha sido usual en todo el mundo. 
 
Redro terminó el reclamo diciendo: Muchas gracias.  puedes retirarte.
 
 
 
Entre tanto hacía su aparición el siguiente, Conversaron sobre de que tal vez lo que hace falta era  una guía de estudio que al menos describiera  someramente  lo que esperaban del personaje.  ¡Alto! Alto dijo Sofía: Compañero;  ¿No quedamos que hay que elegir de manera simple, que por cierto me parece la más complicada, al que muestre sencillamente que desea actuar?
 
Ya, ya.  recuerdo el trato contestó Redro. Pero me apena tanto tiempo del que espera y de nosotros que tenemos todo listo y nos retrasa asignar a cada proyecto lo que es esencial para su realización.
 
En fin, continuemos.  Volvió a sentarse junto a Sofía y llamó: ¡El que sigue! Antes de recibir cualquier indicación, otro aspirante ya estaba preguntando si pudiera desenvolver su papel, desde un mendigo hasta un rey como había leído en un libro.
 
Sofía le preguntó: ¿Tú crees que ambos papeles son semejantes?  El aspirante dijo: Pues en ambos la humildad podría hacerlos transformarse.
 
¿¡Has oído Redro!? ¿Cuál efecto como de magia sugieres para el acto? : El aspirante contestó:  Enfocar los “límites” del personaje muy bien reconocidos.
 
No está mal. Continúa. Si tú armas un personaje desde su apariencia es posible que fracase. Pero yo sé de dónde vengo. Y me he posicionado muchas veces de esa dupla Rey y mendigo. Aún que me desagrada llamarme “mendigo”. Es tan apabullante la realidad que existe para muchos en situación de desventaja que no quiero reforzar su condición si ellos por casualidad me vieran actuar.   La miseria es una cosa y los miserables son otra.
 
He comprobado que su realidad les dificulta por mucho detenerse a entender la diferencia. Por lo que tampoco he podido descifrar  como dar una respuesta que los saque de su miseria. Solamente me recuerdo lo transitorio de la vida y del fin común que nos iguala, para cercar los límites reales, imaginarios, creados o impuestos, que hagan falta para el papel que debo realizar.
 
Mmmmm. Interesante. Pensó Sofía. Actuar sobre la actuación. Es una habilidad admirable. Algo de lo que buscamos.
 
¿Viste que sencillo? dijo Redro. De que hay material, lo hay.  pero espera.  Actuar sobre la actuación no me suena. Es más como dijo el gran actor Héctor Suárez; “Ser uno mismo imprime todo el crédito y conexión que lleva a meterse en la historia y sobretodo en la personificación que se cuenta”.  Con esa cualidad; El público se emociona de tal manera que queda atrapado y se identifica totalmente.
 
De acuerdo. Es una parte muy sutil la que lleva a la excelencia. Pero se percibe como obra de un maestro y se queda perdurable en el tiempo. como dicen los slogans; No tiene precio. Ni se cobra ni se paga. Es un cheque al portador que tú mismo firmas.  ¿Te parece “inspirada” la semejanza? 
 
 Bien compañero dijo Sofía: Espera un nuevo llamado. Por lo pronto haz pasar a otro por favor.
 
Sofía y Redro comentaron el cómo sorprende en un par de minutos  encontrar oro molido o muy escondido dentro de una piedra sin apariencia reluciente. Acordaron para la siguiente prueba hacer un cambio.
 
Redro dijo:  ¿Te parece si enfocamos la indicación para sondear posibilidades?
Esta vez será la posición de; Un Guía.   ¿Te encanta meterte en problemas cierto?  dijo Sofía. Ya en varias ocasiones hemos coincidido sobre el perfil de ese papel , pero en muchas otras no hay manera.
 
Pues veamos que sucede. ¿Para eso estamos o no?
¡El que sigue!
 
Redro dió la instrucción: Pues bien, mi querido aficionado, su papel será el de; Un guía. ¡Adelante!
 
Nubia se alegró de inmediato. Si algo apreciaba era el silencio. La paz que se transmite especialmente en ese papel en muchas situaciones descansa sobre una base silenciosa.  Es en algunos casos comportarse semejante a una tumba que guarda solamente la tierra. En otros como la del eco el cuál sólo da voz al silencio que al final es el que verdaderamente nos responde.
 
Con la indicación en mente ella quiso preguntar en qué tipo de circunstancia se desarrollaría. Pero se apropió de un recuerdo que era común en la gente que apreciaba los valores traídos de muy lejos y de muchos años sin perder vigencia.  Recordó las palabras del gran poeta Antonio Machado;” De diez cabezas, ¡una piensa y las demás embisten!”
 
Entonces Pensó: Es preferible inculcar y exigir obediencia o alertar con los mejores dones el desarrollo de la responsabilidad para cada individuo.  
 
Nubia se imaginó en un alto risco. A partir del cual se extendía una meseta en dónde había muchas personas contemplando por un lado el desfiladero que caía sin fondo. Del otro, el inicio de una vereda que se perdía en una pronunciada subida hacia otra cima apenas vislumbrada entre bancos de nubes y rayos de luz que se filtraban en la espesura.
 
Se posesionó del papel y hablo en voz alta.
¿¡Qué debía “aconsejar “al que preguntaba cuál sería la mejor opción? Conozco gente que en una situación común de vida prefiere  tirarse al precipicio. No importan ni consejos, ni advertencias ni bien ni mal intencionadas sugerencias. Su necesidad apremiante de reconocimiento esconde el peligro de depender de la opinión ajena y casi empuja con toda” buena intención” a creer que se puede volar en el precipicio.
 
Así como el embrujo del vértigo que llama desde las profundidades oscuras,  la sensación de vacío es tan atractiva que con gusto han saltado desde lo alto hacia un despeñadero. El paisaje circundante es tan maravilloso y el valle al fondo tan verde cubierto entre la niebla que, si la voz de un  guía no los despierta, se lanzan felices. Repiten que no se piensa en estrellarse, ni en la muerte. Se imaginan  un descenso tan placentero que invita a disfrutar la caída fatal.
 
Sofía y Redro quedaron atrapados en el monólogo. Metida en su papel Nubia se volteó en el escenario como si estuviera ahora ante un camino que subía y dijo:  Desconocen hacia dónde se dirigen. La incertidumbre o lo desconocido jugan en su mente para matizar sus actos. 
 
 Pero la alegría o la incertidumbre que significa emprender un viaje hacia lo desconocido les propongo sea el motivo para su elección. Puedo ser guía. pero su experiencia y su intuición deben superar las reglas. 
 
 Nubia tornó su semblante con un gesto de esperanza. Plantó sus pies y comenzó a caminar. No tenía un punto fijo al cual mirar. Pero eso mismo le alentó a no detenerse. Hacia atrás no había algo que le interesara. Ir hacia adelante era más provocador.
 
¡Corte! Nubia dio un gran suspiro y se quedó frente a la dupla que la calificaba. Dos pares de ojos la miraron.
Muy interesante su exposición. No sé por qué la tuve que seguir, pero fue más allá que una actuación. ¡Eso es lo que buscamos! Estás en el reparto. ¡Bienvenida!
 
Sofía y Redro se felicitaron de su labor. Realmente buscar las semejanzas era  un reto para el aprendiz pero también para el maestro. Cada día era un acto de Fe para encontrar lo que buscaban. 
Pero eran recompensados con creces al asignar a cada aspirante en su mejor versión.   
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Me transportaste otra vez a esas tablas qué tantos años dice y que me fascinaban en cuanto las veía muchas gracias.

    ResponderBorrar

Escribe tus comentarios