Nuevamente ha
llegado el tiempo de recordar. Momentos de vida de los que ya no están
encarnados. Tic: De esa manera se
oye muy raro. Tac: ¿Pero te has fijado que es lo que representa? Tic:
¡¡¡Pues claro!!! Que los que nos inventaron para saber qué hora es; Ya no se
pueden dar un abrazo. Ya no tienen una respuesta en un diálogo. Les es
imposible compartir una comida y muchas cosas más. Tac: ¿Y qué haces
ahora? Tic: Recordar. Tac: ¿Y con los que todavía están contigo? Tic:
Muchas veces sólo recordar.
El reloj siguió
marcando con su ritmo el Tic, Tac, Uno, dos, uno dos. Mientras tanto se
posponían reuniones. Se aplazaban visitas, se apresuraban muchos, para llegar a
tiempo a toda clase de compromisos. En el reloj de la pared continuaba la
conversación. Mira: Dijo manecilla horaria (Mh). Aquí se ha detenido el
tiempo. Hay una frase que me encanta. “un instante es toda la eternidad”. Se
mira sin ver. Se oye sin escuchar. Pero uno se funde en un espacio vacío. Se
abraza todo. ¡Y todo nos abraza! Manecilla segundera (Ms) respondió: ¡Vaya
que estás inspirada! Pero, además, tienes razón. En algunos momentos me ha
tocado ver rostros como de iluminados. Están, pero no están. Se van de visita
para ver a los que ya no están con ellos. Se preguntan por algo que dejaron
atrás. Se dan fuerza para enfrentar su ahora y es bueno ver que al final
sonríen.
Ms: A propósito de inspiración. ¿Te has fijado que hay compañeros que
les han instalado una tercera manecilla? Se desplaza con un movimiento muy
sutil, pero constante. Recorre toda la circunferencia de una carátula sin
detenerse. Parece que vuela. ¡¡¡¡Es escalofriante!!!! Mh: ¿A qué te
refieres con escalofriante? Ms: ¡A
que alguien se ha inspirado para señalar que el tiempo o mejor la vida es
fugaz! Imagina; Si te quedas viendo esa manecilla, se te está yendo el tiempo,
así de rápido. ¡Sin darte cuenta! En los relojes clásicos como en donde nos
encontramos, hay dos manecillas. En esos diseños, por cierto, a mi me toca ser
más veloz. Tú vas más pausada. Pero cuándo he visto que a algunos modelos de
relojes sobre todo los de pared como en el que estamos, les han puesto una manecilla
extra. Yo misma me he asustado de ver cómo se las han ingeniado para señalar que
rápido pasa el tiempo. Mh: ¿Sabes? A mi me parece que es más propio decir
que nuestros inventores son los que pasan. No sé exactamente si por el tiempo.
Porque como sabemos le dicen así para tener orden, seguir alguna agenda, realizar
negociaciones y lo que acostumbran a hacer durante su vida.
Ms: Cómo, cómo. ¿¡Insinúas que el tiempo no existe!? Mh: Pues
eso aseguran los mismos que lo han inventado. Pero no deja de ser un fenómeno
misterioso para todos. Es más; Tú misma acabas de declarar como en un arrebato
de tu inspiración que se puede ir y venir en un instante por toda una
eternidad. Es decir, por toda una vida. ¿Cierto? Ms: ¡Vaya! Pues, si
pudiera, por lo que acabas de decir; Me quedaría pasmada.
Mh: Pues qué bueno que no puedes pasmarte. Porque así les das tiempo a
los que te miren para que recapaciten en lo que tienen por hacer antes de que
sea demasiado tarde. Ms: ¡Ay! ¡¡¡¡¡Eso me sonó aún más
escalofriante!!!!! Mh: Me parece muy bien. para que luego no se quejen
de lo que pudo ser y no fue. Como dicen sus canciones. De que las
circunstancias han cambiado y hay menos fuerza y entusiasmo. De que pudieron
disfrutar tantas cosas y se las negaron a sí mismos por admitir dudas y malentendidos.
De…Ms: Ya, ya entendido. Sería fabuloso que te dedicaras a dar discursos
en lugar de estar pegada conmigo para hacer tantas sentencias. ¿Tú crees que
alguna vez podrías? Mh: El que. ¿Desvanecerme hacia otro estado y
reaparecer digamos en; Una brújula? Podría. De algún modo mis antecedentes en
este reloj me acreditan para ser orientadora. Si se inventaron el tiempo,
también se pueden inventar Destinos digo yo.
Ms: ¡Eso! ¡Entre el tiempo y cómo lo “usas” se puede vislumbrar hacia
dónde te diriges! Verlo pasar con indiferencia, resultará en que con
indiferencia tu vida no tenga opciones. Suponer que tienes suficiente, a veces
no te alcanzará para lo que quisieras. Intentar ganarle al tiempo puede
convertirse en angustia y llegar a nada. ¡En fin, creo que estamos en la hora
de la filosofía! ¿Crees que ellos alguna vez piensen como nosotras? O seremos
sólo dos manecillas haciendo su trabajo de indicar la hora y los segundos.
Mh: ¿La verdad? Como ellos dicen; En buena onda. No me interesa. Voy a
conseguir avanzar hacia un estado que me permita ir más allá de marcar las
horas. Que aparentan ir despacio. Que parecen ir lento. No deseo oír más de lamentos.
De saber que se arrepienten cuándo se ha dificultado el bienestar por haber
esperado tanto. Voy a aprovechar lo que en mi caminar me ha disgustado y a
rehacer mi servicio.
Para algo ahora
me ha tocado ser la manecilla horaria. En nuestro diario tic, tac, ¡está un
buen ritmo para pensar, y algo he aprendido!
Ms: ¡Sí señora! Muy bien dicho. ¡Hasta a mí con el ejemplo de la
manecilla extra que me gana la carrera, me parece que debo hacer algo!
Con la calma del
que lleva prisa las dos manecillas continuaron con su trabajo. El reloj tomó un
nuevo brillo. Parecido al de los rostros iluminados que les llevaron a conversar
sobre el tiempo al que le servían aparente o muy real según se vea.