Posiblemente algunos de ustedes hayan leído la narración sobre El Sr. Hilario “El Arriendador de caballos”. Es una historia reciente que está en nuestro Blog con el título de RAZA CÓSMICA.
Hay una frase en
ese escrito, que vale la pena retomar. Resume con unas cuántas palabras aspectos
de la Sabiduría. A la cual le encanta presentarse de manera simple. Para que pueda
aplicarse en las actividades cotidianas con resultados efectivos. los grandes
cambios surgen sobre la base de la constancia en realizar acciones sencillas; Dejar
de hacer cosas. Hacer otras que no se habían practicado. Sobre poner a los
hábitos otras maneras de entender el cómo, modifica aspectos del comportamiento muy interesantes.
En éste sentido, la frase que ha llamado la atención es tan simple,
que su interpretación contempla un amplio espectro de perspectivas para su uso.
Es una invitación para actuar en la mejora de conductas personales. Propone
buscar con la intención de conocer, informarse, descubrir a nivel intelectual qué
puede ser valioso para el cambio. Alienta el poder de poner en práctica los conceptos
para hacerlos útiles. La experiencia de vida justamente apunta para hacer.
Actuar. Probar y rehacer cada vez con mejores conocimientos lo que resulte más
conveniente como individuos, en la convivencia con los otros, y en la
conservación de todo el sistema en el que estamos inmersos.
Un procedimiento
simple de aprendizaje sugiere la prueba y error como una manera factible,
eficaz y suficiente para, crear y refinar lo que se necesita. la transformación
hacia un ser más humano a veces surge de un encuentro que toca a la voluntad para
superar una calidad de vida. La historia de Hilario; el arriendador de caballos,
ha provocado sentimientos que inspiran. la imagen de su vida adquiere un bello
y profundo significado. Para facilitar su interpretación y dar la importancia que
merece la frase a la que se refiere, es oportuno hacer la
descripción siguiente:
Se sabe que en
la constitución del cerebro humano existen áreas de desarrollo que responden a
instintos en un nivel básico de supervivencia llamada corteza reptiliana. otra
zona llamada límbica, se asocia con las emociones. Por último, se ha
desarrollado en el cerebro el lóbulo prefrontal denominado neocórtex que es determinante
para diferenciar la conducta de un ser humano sobre el comportamiento animal. Ahí se entiende el intelecto que puede abstraer conceptos. se posibilita el separar ideas y el análisis. tener conciencia de sí mismo. razonar para generar respuestas coherentes y con orden. entre otras diversas capacidades del pensamiento.
Para los que les sea fascinante explorar sobre las habilidades y destrezas que resultan de la mente humana debida a esta
conformación hay inagotable material desde diversos enfoques científicos. Es continua
la búsqueda en el entendimiento del cerebro que es un órgano con una
complejidad asombrosa. Para nuestra narrativa las tres áreas del cerebro humano
con esta breve descripción vienen al caso para enfocar con mayor amplitud el
significado sobre lo que es “dar rienda”. particularmente al cómo se "doma" en un primer
nivel a un instinto animal. en un estado primitivo de supervivencia básica. en
el caso de la conducta humana es subordinar a los instintos que confortan sólo
al cuerpo y son difíciles de dominar.
De acuerdo con
las palabras de sabiduría que escuchó Hilario, de su maestro; Dar rienda o poner la rienda a un
animal, consiste en: “QUITARLE LO QUE LE SOBRA. PONERLE LO QUE LE FALTA”. Así que la parte instintiva de fuerza bruta
conceda ser gobernada. De manera similar una persona en el nivel del cerebro
reptiliano complace sobre todo al confort del cuerpo. Por lo que deberá desplegar capacidades
superiores para entender otros niveles de bienestar. de evolución en aspectos superiores al sólo comer y dormir. sentirse presa o depredador de otras especies o de sus semejantes. trascender de la visión de pelear o huir sostenida por el miedo. La frase alude a poner rienda a los instintos básicos de supervivencia para
conducirse hacia nuevos comportamientos. Favorecer el desarrollo de otros
talentos que permitan aprovechar las cualidades del ser humano.
La historia de
Hilario y lo que su maestro le reveló, por lo tanto, consiste en asimilar que en
el proceso de arriendar o dar rienda, se tiene que lograr en principio y de
manera constante, el gobierno de una parte animal primitiva. De tal modo que los impulsos
instintivos cedan su gobierno a otro nivel de inteligencia.
Es muy interesante
señalar que la frase y el procedimiento, fueron dichos por una persona con la
maestría para la doma de caballos. No una maestría de diploma. Ni de
certificado. ningún documento avala su conocimiento y sabiduría. Sólo la
experiencia; El compromiso; El amor a un oficio; La admiración por un poderoso
y noble animal como el caballo. En su visión manifestó el honor de pertenecer a
la tierra como una herencia sin comparación. Además, mostraba una cualidad
inigualable. la generosidad para compartir con otros su misma alma. Tenía el
deseo de conservar y ayudar a las personas cuyo anhelo y ambición era ser de los
mejores.
Como se puede
apreciar, un dicho tan sencillo encierra, si se quiere ver, la posibilidad de
integrar el contenido de inteligencias complementarias que coexisten en todo ser humano. Los
estados de su naturaleza desplegados desde un instinto animal hasta la visión amplia de una persona que piensa. Que es capaz de transformarse y transformar
su mundo sin menospreciar y agredir a todos los otros seres que le hacen
posible su existencia.
En la idea del maestro; La tierra misma puede
conceder el darle rienda. Ser gobernada. Siempre y cuando sea por un ser con
otro nivel de inteligencia so pena de rebelarse ante un comportamiento
miserable y sin gobierno de sí mismo. De igual manera en cada desafío habrá que
ver si la parte animal instintiva o de las emociones sin control es lo que
gobierna las acciones y la realidad que se vive. Hay que considerar que el
intelecto, a pesar de sus limitaciones, es capaz de tomar las riendas en el ejercicio
de “quitar lo que sobre y poner lo que falte por el logro de un equilibrio deliberado que armonice con el todo.
En el nivel
exclusivo de la conciencia humana se tiene la decisión de elegir prioridades. La
ignorancia, la inconciencia, la complacencia sin disciplina, son ajenas a pretender poner o dar rienda al
carácter de una persona. En el relato se
cuenta el cómo un caballo, un animal, es tan sensible al miedo o a la ira. Responde
sin falla dentro de su propia inteligencia instintiva. Ahí no hay alternativa. Particularmente
enfocar “que le falta o que le sobra” a nuestro propósito para dar rienda y
gobernar en principio, a nuestra conducta, es un ejercicio al alcance. Los seres
humanos poseen en su naturaleza el privilegio de seleccionar y tomar decisiones.
Las tres partes
componentes del cerebro que se han tomado como referencia para describir un
proceso de adquirir maestría, es decir; El poder de poner en práctica el gobernar
sobre nuestra naturaleza, son en el entender de una persona sencilla del campo, muestra de lo profundo de un pensamiento simple. Pero sabio. El maestro y el Sr. Hilario con sus palabras y hechos dieron lecciones de vida que desafían de frente al miedo, a la ira y el enojo. A las quejas constantes de los que no pueden o no se atreven a una actividad de dar rienda a sus propias reacciones. A dar pasos para otros comportamientos
mejores. Pero después de una lección, no hay manera de encontrar
más que dentro de sí mismo ,“lo que falta o lo que sobra”.
En qué nivel se
actúa es la respuesta. Qué resultados se obtienen de satisfacción, infelicidad,
o éxito son indicadores precisos de acuerdo con la propia interpretación de lo
que se busca. ¿Se trabaja con el instinto animal de competencia? ¿con la
avaricia de acumular, porque se percibe escasez? de pelea, por suponer una multitud de adversarios? Con
las emociones desbordadas. la necedad como guía. se da cabida al miedo que se enmascara
en dramas y problemas. El maestro señaló con mucha simplicidad que; En última instancia se ejerce la capacidad
de poner límites. Frenar una carrera desbocada. en su historia se hace presente al ser cuyo afán es otorgar toda su confianza en la perspectiva de grandeza que es
propia del ser humano.