Hay noticias inesperadas que detienen el tiempo. Se convierten en un momento para recordar cuantas cosas mueven los afanes en una vida.
Paty comenzó el relato sobre una de sus compañeras de trabajo.
Marcy era corredora de bienes raíces. tenía rutinas que había hecho para conseguir la estabilidad necesaria en el cuidado de su familia. Desempañaba su trabajo con la disciplina de horarios, trato amable para los clientes, y poner todo su esfuerzo para lograr las ventas sobre las cuales cobraba su comisión. Así que no tenía pretextos. Cada día, aun que tuviera otros pendientes, cumplía con ganar en primer lugar el dinero con que pagaba la manutención de sus hijos. darles para las colegiaturas, y hasta de vez en cuando vacaciones o gustos que alegraban a todos.
Desconozco cuál
sería la motivación que la alentaba para toda su actividad. Pero ella siempre
procuraba llevar los asuntos de las ventas en orden. Se acomedía a hacer
sugerencias para facilitar las transacciones. se relacionaba con muchas personas para mantener contactos con las instituciones bancarias que ofrecieran mejores condiciones de crédito. Personalmente
estaba en trámites para la compra de un terreno. ella tenía la ilusión de construir
una casa en dónde pensaba vivir su retiro y recibir las visitas de sus hijos
llegado el momento. Así que se notaba que manejaba su vida entre las tareas
cotidianas y lo que deseaba conseguir para un futuro. Aun que por su edad
todavía le faltaba mucho para retirarse.
Algunas veces
platicaba sobre una vecina que preparaba productos de belleza. Le ayudaba a
promoverlos para apoyarla. Entre la plática se entendía que ella notaba el esfuerzo que tienen
que emprender las mujeres solas que se quedan con la responsabilidad de sacar
adelante a sus familias. me contó que; Había una señora que tenía seis hijos. la animó a interponer una demanda legal para exigir a la pareja que se había ido, la contribución monetaria que era una parte del trato que en
algún momento fue un acuerdo lleno de promesas de amor eterno, que usualmente
terminaba. sabía de casos en donde se evadía por parte de los esposos o con quienes se tenía convivencia el dar la pensión correspondiente con infinidad de argumentos cínicos, y superficiales. De
manera que ella decía que; no quedaba otra que asumir el desamor, la infidelidad, las
apariencias de juventud y conquista que era difícil de soltar por ambas partes. había que aprender a lidiar con infinidad de pretextos
que daban al traste con cualquier compromiso jurado en parejas irresponsables.
Eran frecuentes
las historias semejantes con sus compañeras de trabajo, o conocidas en
diferentes medios y circunstancias. Ella comentaba que por eso, había que quitarse
lo más pronto posible la decepción y tomar las riendas. Todo eso a ella le sirvió para tener un carácter exigente, que no daba tregua para quedarse en lamentos. Llegaba
cada día a su escritorio que compartía con otro compañero de ventas. Tomaba
algo de desayuno y estaba atenta para recibir a los posibles compradores. En su
agenda estaba el mostrar las casas, y propiedades en venta. decir todas las ventajas de su construcción
y acabados. La conveniencia de la localización de los inmuebles cerca de todos los
servicios, y procurar el entusiasmo del cliente para que tomara la decisión de
comprar.
Cada promesa de
contrato de compraventa significaba para ella la promesa de recibir su sueldo.
Eso la alegraba mucho y le permitía hacer un presupuesto adelantado sobre el
tiempo que tendría para cubrir sus gastos. El pago por comisión hacía que tuviera mucho cuidado al programar la subsistencia de su familia con una visión
de largo plazo. era muy hábil para prever la posibilidad de no tener una venta y que el
dinero recibido alcanzara para las semanas o inclusive meses que no habría un
ingreso. En una situación de contingencia era mucho mayor la carga para
administrar el dinero. Había temporadas en que el mercado de bienes raíces se
estancaba y entonces era muy importante contar con un ahorro para subsistir en
una crisis. Realmente la presión en ese sentido volvía su modo de ser muy exigente. sabía negociar. A
veces su preocupación se notaba por la urgencia que podía poner en la venta. pero se daba cuenta que era inconveniente incomodar a sus clientes.
Por eso decía que era bueno a veces compartir algo de su vida con los que les gustaba platicar. De esa manera había una comprensión mutua que le ganaba la simpatía de la gente. Enriquecía su vida y la de los demás. Los posibles compradores se apresuraban en los trámites. las lecciones de vida que escuchaban les hacían reflexionar en sus propias vivencias. Eso era finalmente lo valioso en las relaciones que se generaban. ella pensaba en dar un plus en el servicio que ofrecía. era algo muy bonito conocer a las personas, y por eso su trabajo le parecía bueno.
Le enseñó
a tener orden. Una actitud de optimismo. Comprender a sus vecinas, amigas, o
familiares y ayudar en lo posible. Con
sus compañeras de oficio se las arreglaban muy bien por las relaciones
interpersonales para tener contactos en todas las oficinas con los diferentes
niveles de autoridad. Podían por lo tanto conseguir agilizar trámites y
enterarse de las modificaciones a las leyes pertinentes que repercutían en la
actualización de documentos para presentar en las notarías. Su entusiasmo para estar
al tanto hacía que su labor resultara entretenida. La información era vital
para asesorar la compraventa. Todos los datos eran valiosos y los clientes
podían confiar en que se estaba haciendo lo correcto. Otro extra que fomentaba
la confianza en este tipo de negocios, y su satisfacción que extendía como un ejemplo para sus hijos.
Todo esto se los cuento, continuó Paty; porque sin esperarlo en la mañana, recibí un mensaje por parte de uno de sus jefes. él quería corroborar que no hubiera pendientes en un asunto que me había ocupado y que ella había tenido a su cargo por un tiempo. Respondí que; Todo estaba en orden. Se había concluido sin problema. Lo siguiente en el mensaje era la noticia que Marcy había fallecido. Ahí se detuvo el tiempo dijo Paty. explicó que en su mente, la muerte es un concepto que de improviso absorbe todos los afanes. Los desaparece de inmediato. Ya no hay esperas. Ni para el hoy ni para el mañana. Aquella noticia fue un impacto para reconocer que los afanes necesarios se vuelven inútiles. Los Imprescindibles ya no hacen falta.
Externó que en su recuerdo; Tal vez las ilusiones que le había compartido, pudieran ser continuadas por los que se quedaron de pronto inmóviles por su partida. Por las oraciones de los que recibieron su ayuda y comprensión. Para idealmente reforzar los lazos que unen a las familias. Muchas cosas a las que Marcy dedicó su tiempo. la noticia inesperada puso de frente rutinas y dinámicas de vida que terminan en medio de una multitud de afanes de otros que siguen adelante.
No hay algo pendiente. repitió. Ella hizo un buen trabajo. comentó que desconocía si recibió la gratitud de cada persona a la que le ofreció su apoyo. Si disfruto de algún tiempo de alegría compartida con sus hijos. Si pudo iniciar o concluir su proyecto para una casa. Posiblemente sus cuentas y presupuesto están al corriente.dijo con un gesto de tristeza. Lo más importante ahora es incierto.
Al menos en este
relato no tengo cómo continuar su historia. Personalmente considero que el material para describirla en adelante, está en
otro espacio. Ahora lo tienen en su memoria las personas que conformaron su
entorno. Seguramente permanecerá con ellos. es un material que en su recuerdo
formará nuevos afanes. Como sucede millones de veces sin parar, con cada
historia que nos llega. Nos detiene. Nos permite ver los contrastes entre
afanes que van y vienen sin descanso hasta un punto final.
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